Los gobernadores de Nueva Jersey, Connecticut, Pensilvania, Delaware, Rohde Island y Nueva York, sostuvieron una reunión en línea con representantes de la prensa nacional para informar que están elaborando un algoritmo de reapertura económica que evite detonar la propagación de la COVID-19.
Ellos forman parte de las regiones que de costa a costa están dirigidas por gobernadores demócratas, que se han unido para elaborar planes conjuntos que les permitan reabrir la actividad económica con el menor riesgo para la salud y de contagios del coronavrus.
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Hacia la zona Este del país destaca media docena de funcionarios electos adscritos a las filas progresistas, quienes salen a la palestra pública el mismo día en que el presidente Donald Trump planteó a través de su cuenta de Twitter que es él como Jefe de Estado y no los gobernadores, el que puede dar la orden de reactivar la economía.
En este lado del mapa se hace referencia a los estados que poseen algunas de las ciudades más pobladas de la nación y que está nucleado en una vecindad geográfica y en la actualidad partidista. Los gobernadores demócratas de EEUU tomaron la iniciativa sin esperar directrices del Gobierno federal del republicano Donald Trump.
Muchas opiniones
En relación a esta salida anticipada, el gobernador Pensilvania, Tom Wolf , dijo que el plan “tiene que ser responsable y además mostrar que hay futuro”. Destacó además la importancia de “devolver el sentimiento de esperanza que ha perdido mucha gente”.
Por su parte el gobernador de Nueva York, mandatario en la región convertida en el epicentro de la pandemia, explicó que un equipo constituido por un representante del departamento de Salud Pública, otro de Economía y del jefe del Gabinete de cada gobierno regional formará un concilio que se pondrá a trabajar “inmediatamente” en la elaboración de este plan.
Andrew Cuomo explicó que la iniciativa tendrá en cuenta las circunstancias de cada estado y dentro de cada región, considerando tanto la evolución de la expansión de la enfermedad como la incidencia de la misma en zonas urbanas y en zonas rurales.
Seis estados que, como subrayaron sus gobernadores en una rueda de prensa telemática, son vecinos y se encuentran estrechamente interconectados.
Ned Lamont, gobernador de Connecticut, hizo mención al “corredor” de transporte que conecta especialmente Nueva York, Nueva Jersey y su región, y explicó que los principales focos de expansión del virus están vinculados con las vías de comunicación que unen los tres estados.
En “el corredor formado por la carretera Interestatal 95 y el tren (Metro North) tenemos cientos de miles de personas que continuamente vienen y van entre Nueva York y Connecticut. Es un corredor de comunicación pero también es el corredor del COVID-19 y es por eso por lo que es tan importante que trabajemos juntos en esto”, dijo.
“Al virus no le importan las fronteras estatales y a nosotros tampoco”, declaró en su intervención la gobernadora de Rhode Island, Gina Raimondo, que como el resto de responsables políticos, todos ellos del Partido Demócrata, alabaron el liderazgo de Cuomo por consolidar esta iniciativa.
Phil Murphy, el gobernador de Nueva Jersey, el segundo estado más afectado del país, apuntó que su región iba por detrás de Nueva York, donde hoy se superaron los 10.000 fallecidos, aunque según Cuomo se empieza a registrar una estabilización de las cifras de muertos, hospitalizaciones y contagios.
“Cuando sea que determinemos, basándonos en los hechos, los datos y la ciencia, que es seguro para nosotros comenzar de una manera responsable la reapertura, con toda la estructura de salud pública que conlleva, si lo hacemos de manera coordinada parece que será abrumaduramente prudente”, dijo Murphy.
Al otro lado del mapa
En la otra costa del país, los gobernadores de California, Oregón y Washington también anunciaron un acuerdo similar para trabajar de forma compartida la estrategia de lucha contra el COVID-19 y buscar fórmulas para reabrir la economía de la región, indicó la oficina del mandatario californiano, Gavin Newsom.
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Los tres estados se comprometieron en actuar en “estrecha coordinación y colaboración” para garantizar que el virus no se “propague de manera salvaje” en la zona y tener enfoque compartido para reabrir sus economías.
Dejando claro que la salud de los residentes es “lo primero”, aseguran que la “salud y la ciencia”, y no la política, guiarán sus decisiones.
“Necesitamos ver una disminución en la tasa de propagación del virus antes de la reapertura a gran escala, y trabajaremos en coordinación para identificar las mejores métricas para guiar esto”, explicaron.