Tom Wolf, el gobernador del estado de Pensilvania, solicitó vía escrita al Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), que detenga de inmediato la práctica de separación de niños inmigrantes de sus familias en el segundo estado de la Unión.
El Jefe del poder Ejecutivo en Pensilvania señaló que maneja información que precisa que recientemente al menos a cuatro niños han sido separados de sus padres y solicitó al Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos contar a todos los niños que han sido separados de sus padres este año.
Tom Wolf fue enfático al requerir que el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) suspenda la práctica hasta que la agencia tenga un plan para garantizar el bienestar de los menores.
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Wolf le pidió al secretario interino de Seguridad Nacional, Kevin McAleenan, que le informe cuánto tiempo estuvieron separados y los pasos que dio el gobierno federal para garantizar su bienestar.
En la misiva el gobernador expresó que los cuatro niños son ciudadanos estadounidenses y provienen de al menos tres familias migrantes.
Agregó que la “información transmitida” a las autoridades estatales indicaba que los agentes federales no se aseguraban de que los niños tuvieran la tutela temporal adecuada. La oficina de migración no ha comentado al respecto.
De acuerdo al vocero del Gobernador, J.J. Abbott, las separaciones ocurrieron en Filadelfia a fines de julio, y al menos dos de los niños ya se han reunido con sus padres.
Mencionó que la administración ha estado trabajando para obtener más detalles sobre lo que sucedió en Filadelfia, incluido exactamente cuándo y dónde ocurrieron las separaciones.
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El tema de las separaciones familiares de inmigrantes en los Estados Unidos, está bajo la impronta judicial de un juez federal que en 2018 ordenó detener la división de familias en la frontera, excepto en circunstancias limitadas como cuando corre peligro el bienestar del menor. El juez dejó las decisiones individuales a discreción del gobierno.
Las prácticas del ICE respecto de los niños volvieron a ser objeto de escrutinio la semana pasada, luego de que 680 migrantes fueron arrestados en siete plantas procesadoras de pollo de Mississippi.