Florida es uno de los estados donde más sentencias de muerte se impusieron en el año 2019 con un total de seis según indica el informe de fin de año del Centro de Información sobre Penas de Muerte (DPIC), una organización sin fines de lucro con sede en Washington dedicada a la investigación de la pena capital.
La investigación publicada el 17 de diciembre indica que durante cinco años consecutivos, Estados Unidos ha registrado una disminución en el número de condenas a muerte, menos ejecuciones, más estados donde la pena capital se abolió o no se aplica y una mayoría (60 %) de estadounidenses que, por primera vez desde una encuesta de Gallup que reveló en 2019 que por primera vez desde 1985, prefiere la cadena perpetua sin libertad condicional como máximo castigo según los resultados de una encuesta de Gallup realizada en 2019.
En 2019 las ejecuciones se circunscribieron a siete estados. Texas estuvo a la cabeza por número de ejecutados (nueve), seguido de Tennessee (tres), Alabama (tres), Georgia (tres), Florida (dos), Dakota del sur (uno) y Misuri (uno).
Florida y Ohio fueron los estados donde más sentencias a muerte se imputaron en el año 2019, con seis cada uno. En total en solo ocho estados hubo más de una condena a muerte.
Un caso pendiente en Florida es el de Nikolas Cruz, acusado de asesinar a 14 estudiantes y tres profesores de la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas, en Parkland, condado de Broward. Su juicio podría empezar en 2020 y en caso de ser declarado culpable, este joven de 20 años podría enfrentar la pena de muerte.
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El informe del DPIC calcula que unas 36 condenas a muerte entraron en vigencia en 2019, con un número de ejecuciones de 22, el segundo número más bajo desde 1973; y 33 personas fueron condenadas a la pena capital, cifras inferiores a las de 2018, pero que hasta fin de año pueden sufrir alguna variación, aunque no significativa.
De los 22 ejecutados en 2019 solo uno era hispano, Mark Soliz, que recibió la inyección letal en septiembre en Texas; dos eran negros y 17 blancos según señaló Robert Dunham, director ejecutivo de DPIC, quien no especificó el origen de los dos casos restantes.
Dunham resaltó que se trata del quinto año consecutivo en el que las ejecuciones no sobrepasaron los 30 y las condenas no pasaron de 50.
La organización destaca en el informe que desde los años 90, cuando se alcanzaron los máximos, se ha producido un descenso de más del 85 % en las condenas a la pena de muerte y de más del 75 % en el caso de las ejecuciones.
Desde 1991 el año en el que ha habido menos ejecuciones es 2016, cuando hubo 20, indicó Dunham. En 32 estados la pena capital está abolida o no se aplica desde hace una década.
En 2019 Nueva Hampshire se unió a los “abolicionistas” que ya suman 21, Indiana cumplió diez años sin ejecuciones y California dejó en suspenso las que estaban pendientes.
En contraste con estos datos el Gobierno trató de reanudar las ejecuciones en el ámbito de la justicia federal después de un paréntesis de 16 años.