De forma inesperada el estado de la Florida cambió los requisitos de solicitud de licencia de conducir para los inmigrantes. La medida más estricta es la que afecta a miles de indocumentados con órdenes de deportación.
De acuerdo con la nueva normativa, a la hora de solicitar una licencia de conducir, los indocumentados deberán presentar un pasaporte vigente y el formulario I-94, documento federal que prueba que ingresó legalmente a Estados Unidos.
En mayo pasado el Departamento de Seguridad Vial y Vehículos Motorizados de Florida endureció los requisitos de solicitud de documentos que describen lo que algunos inmigrantes deben proporcionar para obtener sus licencias de conducir.
Dichos cambios hacen casi imposible que las personas que están en el proceso de deportación puedan conducir legalmente, algo que habían podido hacer antes, según reseña El Nuevo Herald.
Antes del 11 de mayo las personas con audiencias de deportación pendientes podían obtener una licencia de conducir siempre que tuvieran un documento judicial que acreditara que tenían una fecha de audiencia futura.
Abogados especialistas en leyes de inmigración y expertos en todo el estado de Florida y del país coinciden en afirmar que la mayoría de sus clientes indocumentados en proceso de deportación entraron al país sin registrarse en un puerto de entrada.
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Los nuevos requisitos están orientados específicamente para quienes enfrentan un proceso de deportación, según consideraciones hechas por el abogado especialista en inmigración Eduardo Soto.
“Un I-94, lo que se llama una tarjeta de llegada y de salida, es lo que le daban a uno al llegar por avión a este país”, comentó el letrado, y es allí donde radica el problema pues la mayoría de los migrantes en proceso de deportación no entraron de forma legal al país.
“Básicamente si no tienes el formulario I-94, tienes que tener entonces un permiso de trabajo, pero según la ley a partir del 25 de agosto se le va a negar el permiso de trabajo a quienes entraron de manera ilegal al país. Por lo tanto, mucha gente no tendrá su licencia”, explicó el abogado.
La medida también afecta a un grupo de migrantes cubanos que se encontraban en la frontera de Estados Unidos con México, esperando por sus entrevistas para la tramitación de asilo. Estas entrevistas debieron ser paralizadas debido a la crisis generada por la pandemia del coronavirus.
El especialista en inmigración comentó que son muchas las personas que han pasado la frontera de forma desesperada. Soto refirió que estas personas optaron por no esperar sus audiencias y se encuentran en territorio estadounidense totalmente indocumentados.
Activistas a favor de los derechos de los inmigrantes consideran que la medida discrimina a quienes enfrentan una deportación, un proceso que casi siempre se prolongan durante años, y en algunos casos pueden llevar una década.
Hasta junio de 2020 había unas 120.000 personas en proceso de deportación para el año fiscal en Florida, y más de 1.2 millones en todo el país según cifras oficiales. Actualmente no hay datos sobre cuántas de esas personas no tienen licencia.