El asalto al Capitolio fue la culminación de semanas de declaraciones sin fundamentos. Donald Trump repitió innumerables veces que fue robado en las elecciones. A la fecha no ha reconocido la victoria de Joe Biden. Y mientras trataba de girar los resultados emprendió 62 demandas y creó conciliábulos. Sobre esa base en el impeacment, la fiscal Madeleine Dean de Montgomery mostró a un Trump desesperado.
El segundo día de la presentación de cargos contra Donald Trump estuvo lleno de dramáticas imágenes. La fiscal se ocupó de que los senadores republicanos vieran puntos de vista inéditos de lo que fue el asalto al Capitolio del 6 de enero. Mostró a los propios conservadores siendo protegidos por la policía de la turba que supuestamente lanzó Trump.
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Sobre los pasajes de esta acusación escribió la periodista Katie Meyer de WHYY. Sus datos han sido tomados como elementos para la elaboración de una nota de segunda mano. Madeleine Dean dijo que Trump “incitó claramente” la insurrección violenta del 6 de enero. Asimismo preció que el expresidente buscó claramente interrumpir una transición pacífica del poder.
Historial de un Trump desesperado
La fiscal Dean dijo que el asalto al Capitolio fue la cumbre de “las acciones de un presidente desesperado”. Su retórica llevó a sus partidarios a “creer que la elección fue robada. Los convenció de que necesitaban “luchar como el infierno para detener el robo” el 6 de enero.
También señaló la violencia y las amenazas de violencia que se produjeron en muchos estados durante las elecciones. Desde antes del 3 de noviembre Donald Trump preparó el ambiente para lo que las encuestas ya decían: Sería derrotado.
El historial de un Trump desesperado tiene una aparte interesante en las declaraciones de Dean. Tiene que ver con la “presión” que, según ella, ejerció Trump sobre los funcionarios electorales estatales y locales en Michigan, Georgia y Pensilvania.
Acudió a una grabación sobre un telefonema a los senadores de Pensilvania. En la exposición Trump dijo: “No podemos dejar que eso ocurra. No podemos dejar que ocurra para nuestro país. Y hay que darle la vuelta a estas elecciones, porque ganamos Pensilvania por mucho y ganamos todos estos estados indecisos por mucho.”
La historia de Pensilvania
La fiscal Madeleine Dean es un representante del segundo estado de la Unión. Para acusar a Trump desgranó la historia de lo que ocurrió en su terruño. Citó a la líder de la mayoría, Kim Ward, quien después de hablar con Trump dijo públicamente que él la había llamado para pedirle que “declarara que había un fraude en la votación”.
Luego, Dean contó que Trump había invitado a la Casa Blanca a varios miembros republicanos de la legislatura. Así lo había hecho con funcionarios de otros estados. Se trataba de un Trump desesperado.
En varios casos, los esfuerzos sostenidos de Trump para convencer a los funcionarios estatales de que anularan las elecciones se tradujeron en amenazas de muerte contra algunos que se consideraban que no hacían lo suficiente para ayudar al presidente.
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Incluso meses después, los partidarios de Trump estaban inundando a los legisladores con llamadas para anular la elección, y amenazas de que serían expulsados del cargo si no lo hacían.
La presentación de los miembros de la Cámara el miércoles fue muy amplia. Además del recuento que hizo Dean de la presión sostenida que ejerció Trump sobre los republicanos de los estados indecisos para “encontrar” votos que anularan la elección, mostraron imágenes inéditas de la turba que irrumpió en el Capitolio el 6 de enero.