Gaylord Perry, el exlanzador y miembro del Salón de la Fama de las Grandes Ligas cuya carrera será vinculada por siempre a la “bola ensalivada”, falleció por causas naturales la madrugada de este 1 de diciembre en su hogar en Gaffney, Carolina del Sur, a sus 84 años.
Perry, además de su gran talento en el béisbol demostró su dotes de escritor en su libro “Me and the Spitter: An Autobiographical Confession” (“Yo y el Spitter: una confesión autobiográfica”), donde mostró los secretos del que fue su principal lanzamiento, el ‘spitball’ o la bola ensalivada.
Se convirtió en el primer lanzador en ganar un Cy Young en cada liga. Conquistó ese galardón en 1972 con Cleveland y en 1978 con San Diego. Con su segundo galardón, Perry también pasó a ser el primer lanzador en la historia de MLB en ganar el premio que distingue al mejor lanzador con 40 o más años.
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En un total de 22 temporadas en Grandes Ligas (1962-1983), sumó récord de 314 victorias, con 265 derrotas con efectividad de 3.11 en 777 partidos de los cuales 690 fueron aperturas, y 3.534 ponches.
Se uniformó con ocho equipos de la Major League Baseball (MLB) a lo largo de su carrera: Gigantes de San Francisco, Indios de Cleveland (hoy Guardianes), Rangers de Texas, Padres de San Diego, Yankees de Nueva York, Bravos de Atlanta, Marineros de Seattle y Reales de Kansas City.
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“Gaylord Perry fue un caballo de batalla y una figura memorable en su carrera de Salón de la Fama”, manifestó el comisionado de MLB, Rob Manfred, en un comunicado.
Cuando fue exaltado a la inmortalidad en 1991, Perry se unió a Ferguson Jenkins, como los primeros exmiembros de los Texas Rangers en ser elegidos para el Salón de la Fama del Béisbol de las Grandes Ligas.