En los meses transcurridos de 2021 el incremento de la cantidad de balseros cubanos que intentan a costa de sus vidas llegar a Florida cruzando el mar, activó las alarmas ante un eminente éxodo silencioso cuya infausta cara pudo observarse en días pasados con la desaparición de nueve de los 22 ocupantes de una balsa que naufragó.
El número de cubanos interceptados por la Guardia Costera estadounidense en atiborradas embarcaciones desde el 1 de octubre de 2020 cuando inicia el actual año fiscal, suma ya unos 536 balseros, frente a los 313 registrados en 2019 y los 49 del pasado año, en muchos casos en trágicos naufragios como el ocurrido el 5 de julio.
La embarcación sobrecargada que se volcó a unos 40 kilómetros al sureste de Cayo Hueso, ocurrió el día en que la tormenta tropical Elsa pasaba por Cuba, lo que demuestra el grado de desesperación que vive una buena parte de la sociedad cubana.
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Durante varios días dos lanchas rápidas y helicópteros de la Guardia Costera no cesaron en la búsqueda de los nueve cubanos, siete hombres y dos mujeres, que se perdieron en las aguas del turbulento Estrecho de Florida, donde innumerables balseros han muerto tratando de cruzarlo en su huida de la isla.
Este éxodo a través del mar y en precarias embarcaciones que ha ido aumentando en el último año no disminuirá, sino que por el contrario crecerá. La tajante afirmación corresponde a Ramón Saúl Sánchez, presidente de la organización del exilio Movimiento Democracia, en una entrevista concedida a agencias de noticias internacionales.
Sánchez refiere que la “ineptitud de la dictadura cubana, el deterioro de la infraestructura en la isla, la pandemia y la represión continuada del régimen” son las principales causas de esta nueva expatriación de cubanos que intentan llegar a como dé lugar a Estados Unidos.