Lo que parecía imposible, dar vuelta al partido de ida de la semifinal de Liga de Campeones, que el Liverpool perdió 3-0 ante Barcelona en el Camp Nou, se convirtió en un milagro cuando los dirigidos por Jürgen Klopp asestaron un duro golpe y ganaron 4-0 en un estadio de Anfield que casi se venía abajo.
Ahora la final tendrá sabor inglés cuando en el 1° de junio se enfrenten en Madrid, Liverpool y Tottenham, que venció al Ajax holandés en la otra llave.
El Liverpool parece no saber de adversidades. Ya es dueño de dos de las remontadas más épicas de la historia de la competición europea. En Estambul, en 2005, se fue al descanso en la final ante Milan con un marcador en contra 3 goles a 0. Pero lo que ocurrió después nadie lo esperaba, Igualó el juego e increíblemente levantó la copa tras imponerse en la tanta de penales.
Solo la final de 1999 puede hacerle sombra, pero nada más. En aquella ocasión otro conjunto inglés dio vuelta al marcador cuando ya nadie lo creía posible. El Camp Nou de Barcelona fue testigo de cómo el Manchester United, en los minutos finales, convirtió dos goles y se coronó ante un Bayern de Munich que ganaba por la mínima, pero se quedó a las puertas de la gloria.
Puedes leer:Copa América 2020 se jugará en Argentina y Colombia
La hazaña de Liverpool cobra mayor dimensión porque no contó con su máxima figura, el egipcio Mohamen Salah, que se quedó fuera por lesión, ni con su referente en el área, el brasileño Firmino.
Ni siquiera tener enfrente al mejor jugador del mundo, el argentino Lionel Messi, que a inicios de temporada se comprometió con la afición culé a hacer todo lo posible por conquistar el trofeo, fue impedimento para que los de Liverpool no creyeran en la remontada.

A falta de su principal estrella, el equipo local tuvo protagonistas poco habituales. Dobletes de Divock Origi y Georgino Wijnaldum sentenciaron un partido que a medida que avanzaba en minutos mejoraba en actitud de los jugadores de Liverpool, mentalizados en llegar a la final. Mientras, los de Barcelona no reaccionaban y nunca pareció que podían al menos marcar un gol.
El fracaso fue tan doloroso que después del juego el centrocampista Sergio Busquets pidió perdón a la afición catalana. Incluso, según The Guardian, Messi rompió en llanto en el vestuario. La prensa cargó contra el equipo blaugrana. Era unánime: Vergonzosa derrota.
Lo cierto es que del lado inglés todo era alegría y euforia. El Liverpool estará en su segunda final de Liga de Campeones consecutiva y con la oportunidad de alcanzar su sexto trofeo.
Final inglesa
Otra semifinal de infartó disputaron el Ajax holandés y Tottenham.

El juego de ida favoreció 1 gol a 0 al equipo holandés, que se había convertido en la sorpresa del certamen al dejar en el camino al tricampeón Real Madrid y a Juventus, que este año incorporó a Cristiano Ronaldo con un solo objetivo: Ganar la Liga de Campeones.
La vuelta en Amsterdam parecería sentenciada a los 35 minutos. El Ajax ganaba 2 a 0 (Global 3-0). Pero en el segundo tiempo Tottenham no bajó los brazos y, tal vez, con el recuerdo fresco de la hazaña de Liverpool, encaminó una remontada encabezada por un triplete del brasileño Lucas Moura, que marcó el gol de la clasificación en el tiempo añadido (90 + 6).
Estas asombrosas semifinales definieron el camino para lo que será la segunda final inglesa en la historia de la Liga de Campeones. La primera la ganó Manchester United a Chelsea en 2008.