El 14 de febrero, día en que se celebra el amor, la pasión y en algunos casos, la amistad, las personas del mundo se sumergen en un mar de corazones, chocolates y promesas. Pero, ¿qué ocurre realmente en el cerebro cuando una persona está enamorada? Más allá de las mariposas en el estómago y las sonrisas, existe una compleja maquinaria neuronal que orquesta esta emoción tan intensa.
El enamoramiento, lejos de ser un simple sentimiento, es un estado mental que involucra una serie de cambios químicos y físicos en el organismo. Los psiquiatras, explorando las profundidades de la mente humana, han desentrañado algunos de los misterios que rodean esta experiencia universal.
La neurobióloga y antropóloga Helen Fisher, ha estudiado durante casi 30 años qué le pasa al cerebro cuando nos enamoramos. Sus conclusiones han destacado que el cerebro humano desarrolló tres sistemas cerebrales en las relaciones de pareja: el amor romántico, la atracción sexual y el cariño, o apego. «Cuando estamos enamorados, el área del cerebro que se relaciona con el miedo y la alerta, se desactiva. Como una locura transitoria», dijo en una entrevista en Aprendemos Juntos 2030.
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«Lo primero que pasa cuando nos enamoramos es que todo cobra un significado especial. De hecho, todo en esa persona se ve distinto: su coche es diferente al de los demás cuando está en un estacionamiento, la calle en la que vive y la música que escucha también nos resultan únicas. De repente todo sobre esa persona se vuelve especial», agregó. A medida que pasa el tiempo y se va conociendo al otro, se empieza a ver qué es lo que no gusta pero se deja pasar para concentrarse en solo lo que gusta.
«La sed y el hambre te mantienen vivo, el amor romántico te impulsa a formar una relación y colocar tu ADN en el mañana. Lo denominamos un mecanismo de supervivencia y se puede activar de forma instantánea al igual que el miedo se activa de repente», concluyó Fisher.
Según la psiquiatría
Según Marian Rojas Estapé, autora y especialista en psiquiatría, el amor es una lucha que conlleva compromiso. Hacen parte la oxitocina y la dopamina. La primera es la hormona del vínculo y se encarga de que exista el cariño, la calma y el contacto; y la segunda, la hormona del placer y la felicidad. Estas dos hormonas también actúan como inhibidores. «Muchas personas creen que cuando ya no hay chispa entonces se acaba el amor, y no es así el amor se vive de muchas maneras», mencionó Estapé en el podcast de Nude Project.