«Enamórate de ti, de la vida y luego de quien tú quieras», fue una de las frases más icónicas encontradas en el diario personal de Frida Kahlo, una artista mexicana que rompió los moldes, que tiene una impronta muy característica que la convirtió en una de las pinturas más influyentes del siglo XX. Sus autorretratos capturaron su vida, su dolor y su cultura.
Frida estuvo largo tiempo en cama debido a un accidente, ella problematizó de una forma muy filosófica el sufrimiento que le desencadenó ese hecho, desde un dolor físico a uno emocional. El arte fue su mecanismo de catarsis que exploró con una visión siempre adelantada a su época. Fue una voz para la mujer en la modernidad y en la cultura mexicana, siempre elevando su identidad.
Abandonó temprano su deseo de ser médico y en la Cada Azul desarrolló su habilidad. Pero sus obras no se enmarcaban personalmente en lo surreal, más bien las definía como parte de su vida, no eran sueños, era su realidad.
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Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón fue hija del fotógrafo alemán Guillermo Kahlo y de la mexicana, Matilde Calderón. Tuvo dos hermanas mayores, Matilde y Adriana, y un hermano, Guillermo, quien falleció a pocos días de su nacimiento. También estaba su hermana menor Cristina, contemporánea de edad con la pintora. Por parte de su padre tuvo otras tres hermanas: Luisa, María y Margarita.
Sus obras más destacadas
Henry Ford Hospital (1932) está en el Museo Dolores Olmedo de México, retrata el aborto que sufrió en la ciudad de Detroit el 4 de julio de 1932. La pintura muestra a una Frida sangrante posada sobre una cama, mientras que desde su vientre nacen seis venas rojas que se atan a objetos simbólicos de su sexualidad y de su embarazo perdido.
Unos cuantos piquetitos (1935), es la narración de su dolor emocional en relación a las infidelidades de Diego Rivera con su hermana Cristina. La pintura muestra a una mujer asesinada por su esposo a puñaladas.
Ahora bien, las dos Fridas (1939) es quizás una de las más emblemáticas. Es su cuerpo separado en dos personalidades, con dos corazones interconectados. Hoy parte de la colección del Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México.
La columna rota (1944) es otra muy reconocida, representa el dolor derivado de su accidente que la acompañó toda su vida.