Del propósito se pasó a la acción. Ningún inmigrante centroamericano, solo o en unidades familiares, que cruce la frontera sur, será detenido y liberado para un proceso de solicitud de asilo. Desde la próxima semana el Gobierno de Trump está instruido para capturarlos y regresarlos bien sea a México o a sus países de origen.
El post del 18 de septiembre publicado por @realdonaldtrump no era parte de una propaganda más, fue el enunciando de una política para la frontera sur que podría mirarse como una revitalizada acción de “tolerancia cero”.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) September 18, 2019
El mensaje reza: NO MÁS… No más falso asilo, no más detener y soltar, NO MÁS ENTRADA ILEGAL EN ESTADOS UNIDOS.
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La inmediata deportación es el destino de todos los que asuman la aventura de ingresar a los Estados Unidos por el territorio de la frontera sur, una decisión que busca desmoralizar a los inmigrantes porque no habrá a partir de la semana que viene posibilidades de que se queden en el país.
Sobre este particular fue muy enfático Kevin McAleenan, el secretario en funciones de Seguridad Nacional de EE.UU., quien anunció que “con algunas excepciones humanitarias y médicas, el DHS (sigla en inglés del Departamento de Seguridad Nacional) ya no liberará unidades familiares de las estaciones de la Patrulla Fronteriza en el interior” del país.
Las autoridades definen unidades familiares o familias a individuos acompañados de un menor, un progenitor o un tutor legal.
El funcionario indicó que esto busca mitigar los “vacíos legales” que actúan como un “factor de atracción” para las familias indocumentadas que atraviesan la frontera, señaló un comunicado de su despacho que recogió partes del discurso del secretario en funciones en el centro de pensamiento Council Foreign Relations.
De manera concreta, desde hace mucho tiempo atrás el protocolo fronterizo establecía como un procedimiento estándar que las familias indocumentadas atrapadas por la Patrulla Fronteriza en suelo estadounidense luego de cruzar el área limítrofe sur sin papeles, se les dejara en libertad para que se presentaran frente a las autoridades para que solicitaran asilo.
Según la nota del DHS, si las familias inmigrantes no expresan temor a retornar serán devueltas rápidamente a su país de origen.
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En el caso de que manifiesten temor de retornar, serán enviadas a México según los Protocolos de Protección de Migrantes (PPM).
La política estadounidense de PPM, más conocida como “Permanezcan en México”, permite a Estados Unidos devolver al país vecino a aquellos indocumentados que llegan a la frontera y solicitan asilo (sin importar de dónde provengan) para que esperen allí a que se resuelvan sus casos en EE.UU., un proceso que puede durar años.
Según el DHS, las detenciones en la frontera con México “han alcanzado niveles récord este año”.
El pasado 9 de septiembre, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) informó que 50.693 personas fueron detenidas en la frontera con México en agosto frente a las 71.982 de julio pasado.
De ese total, 25.057 conformaban una familia, mientras que las detenciones de adultos solos sumaron 21.907 en agosto y las de menores no acompañados 3.729.
En mayo, el total de detenidos y no admitidos ascendió a 144.255, cifra que superó las estadísticas mensuales de los últimos cinco años. En ese mes, fueron arrestadas 84.490 familias.