Los pronósticos de desempleo en los Estados Unidos son oscuros. Ya durante la segunda semana de marzo el gobierno informó sobre un incremento sin precedentes a 3,28 millones de solicitudes de prestaciones por la pérdida del trabajo.
Las demandas de subsidios por desempleo alcanzaron un nuevo récord la semana pasada en Estados Unidos con 6.6 millones de solicitudes, en un momento en que la epidemia del coronavirus ha obligado a cerrar empresas en todo el país, informó este jueves el Departamento de Trabajo. En menos de 15 días se duplicó.
A mediados de marzo el promedio de solicitudes del seguro de desempleo en la últimas cuatro semanas llegó a una cifra récord de 1 millón, y en la semana que terminó el 13 de marzo la cifra de personas que recibían las prestaciones por desempleo alcanzó a 1,8 millones, superando la expectativa de los analistas, que habían calculado 1,7 millones.
Puedes leer: Informe médico: Centenares de miles podrían morir en EE.UU. afectados por la COVID-19
Las 6.6 millones de solicitudes sobre la semana terminada el 28 de marzo representan el doble de las peticiones registradas la semana anterior cuando 3,3 millones de empleados solicitaron los beneficios por desempleo, lo que entonces ya marcó un récord.
Los saltos en las cifras son gigantes y pueden colocar en jaque al sistema, no solo en términos de procesamiento sino en relación a la satisfacción.
Sobre la semana cero
En la semana que terminó el 13 de marzo, cuando la suspensión de actividades causada por la epidemia de COVID-19 golpeó el mercado laboral, el Gobierno había recibido 281 mil solicitudes de seguro por desempleo, 70 mil más que en la primera semana de marzo.
El informe en torno a los sectores más golpeados sigue siendo consistente: hoteles y restaurantes, seguidos por el transporte y almacenes, y el industrial.
Los mayores incrementos en las solicitudes de la semana cero ocurrieron en Pensilvania, con 378 mil 908 solicitudes de prestaciones, Ohio con 187 mil 784, y California con 186 mil 809.
En Estados Unidos, donde la epidemia se ha cobrado más de 5 mil muertos y hay más de 200 mil casos confirmados, ciudades de alta actividad económica se han convertido en lugares fantasmas con los negocios cerrados y las calles vacías.
En este contexto en que las autoridades intentan atajar el avance la de epidemia -que en el mundo ha dejado más de 940 mil infectados y más de 47 mil muertos-, los únicos negocios abiertos son las tiendas de comida y los hospitales.
Indicadores sombríos
La agencia de calificación de crédito Standard & Poor’s advirtió en un informe que todos los indicadores económicos del sector público en Estados Unidos están ya a la baja por el impacto del coronavirus y eso podría conllevar a rebajas de la calidad crediticia y una recesión al nivel o peor que la de 2008, que podría no tener precedentes desde la II Guerra Mundial.
Según el informe, se espera una “fuerte caída en la economía hasta, al menos, el segundo trimestre”, mientras que la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia y sus efectos sobre la actividad económica podría provocar previsiones aún más pesimistas.
La agencia cree que el Producto Interno Bruto (PIB) estadounidense caerá en un 2,1 % en el primer trimestre y un 12,7 % en el segundo, con un retroceso acumulado anual que estaría al nivel de la crisis provocada por las hipotecas basuras en 2008.
Los analistas proyectan un escenario que podría ser aún peor, con una recesión que no tendría precedentes desde la Segunda Guerra Mundial, con una caída del empleo y de la actividad peor que la de la “Gran Recesión” de 2008.
Macroeconomía: El desempleo
El aciago escenario se completa con un desempleo del 10,1% en el segundo trimestre y 10 millones de trabajos destruidos con un desplome del consumo del 13,2 % entre abril y junio, cuando se espera que impacte lo peor de la pandemia en el país, que podría dejar hasta 100.000 muertes hasta agosto, según las proyecciones de la Casa Blanca.
Puedes leer: Trump descarta cuarentena para Nueva York a pesar de aumento de contagios
“En general, el escenario base (el más moderado) seguramente estará a la par con la Gran Recesión, pero en un período de tiempo más corto”, explica el análisis.
En el escenario más negativo, el que llaman de “recesión profunda”, “el posible daño económico excedería con creces” el de 2008, aunque los analistas de la entidad se inclinan por una caída y posterior recuperación en forma de “U”.
En todo caso, todo dependerá de la evolución de la pandemia de la COVID-19 y de la posibilidad de recuperar la actividad económica.