Las alarmas de Pemex, la petrolera estatal mexicana, se encendieron el viernes por la madrugada luego de que se registrara una fuga de gas en uno de sus ductos frente a las costas de Campeche, en el Golfo de México.
La filtración generó un impresionante incendio en el mar, a pocos metros de la plataforma satélite KU-C del complejo petrolero Ku-Maloob-Zaap. Los equipos de emergencia apagaron las llamas cinco horas después sin que se registraran personas heridas o evacuadas, pero el daño ambiental a las especies marinas en el Golfo de México es incalculable.
La empresa estatal informó que decidieron cerrar las válvulas de interconexión, lo que permitió superar la emergencia. El presidente Andrés Manuel López Obrador se comprometió a investigar a fondo la situación para conocer qué provocó la ruptura de las tuberías. Las imágenes le dieron la vuelta al mundo y personalidades como Greta Thunberg, Bernie Sanders, Alexandria Ocasio-Cortez o Iñigo Errejón las compartieron en sus redes sociales para criticar el enorme impacto ecológico que genera la industria petrolera mundial.
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«El incidente fue atendido de inmediato al activarse los protocolos de seguridad y con el acompañamiento de embarcaciones cercanas de contraincendio como Isla Santa Cruz, Bahía de Campeche y Bourbon Alienor», informó Pemex en un comunicado.
En abril pasado, la petrolera también sufrió un incendio en la refinería de Minatitlán, en el Estado de Veracruz dejando un saldo de siete heridos. Los reportes sobre el incidente apuntaron a que las llamas fueron provocadas por una fuga en la bomba de carga de la planta denominada reformadora. La tercera mayor refinería de México dejó de operar varias semanas como consecuencia del incendio.
Este nuevo incidente en el Golfo de México abre el debate sobre las consecuencias de la industria petrolera.