Pensilvania tendría al menos una semana para disponer de 2 mil 180 camas para hospitalización y 418 unidades en unidades de cuidados intensivos de acuerdo a un modelo predictivo que evalúa recursos hospitalarios y que estaría apuntando a Filadelfia como el siguiente “punto caliente” de la pandemia en los Estados Unidos.
Los datos habrían sido obtenidos de un programa del Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington, ofrecido por una fuente independiente a un equipo de reporteros de The Philadelphia Inquirer que hoy ha divulgado los datos.
De acuerdo a los hallazgos periodísticos hechos por los reporteros Jason Laughlin, Wendy Ruderman y Rob Tornoe del principal medio filadelfiano, el pico de demanda de recursos hospitalarios de Pensilvania llegaría el 13 de abril, de allí que el estado debería ser capaz de manejar esa demanda, según el modelo. El programa además predijo que las muertes en el Pensilvania alcanzarán su punto máximo el 15 de abril.
Filadelfia como punto caliente
Según Deborah Birx, directora de respuesta de COVID-19 de la administración Trump, Filadelfia es uno de los puntos calientes del coronavirus que la Casa Blanca está observando actualmente.
El diario de Filadelfia extrajo estas declaraciones de una aparición de la funcionaria en Good Morning America el miércoles. En el programa Birx dijo que el Grupo de Trabajo de Coronavirus de la Casa Blanca ha estado buscando tendencias en el reporte diario de casos y en las pruebas de COVID-19, y que Filadelfia sigue siendo una de las ciudades que están vigilando.
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“Estamos preocupados por el área metropolitana de Washington y Baltimore, y estamos preocupados ahora mismo por el área de Filadelfia”, dijo Birx. “Todas nuestras áreas anteriores parecen estar estables por lo menos”.
Birx no ofreció ningún detalle sobre Filadelfia o la región. El equipo de Philadelphia Inquierer apuntó que la Casa Blanca no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
Pensilvania a ciegas
Frente a este hilo narrativo y declaraciones en programas noticiosos, funcionarios de Pensilvania indicaron al Inquirer que no han tenido ninguna conversación específica con las autoridades federales sobre la región de Filadelfia como el próximo punto caliente, pero están preparados para un aumento de los pacientes de COVID-19.
Una declaración reseñada por el equipo de prensa de Filadelfia precisa que Nate Wardle, portavoz del Departamento de Salud de Pensilvania, dijo que “en este momento, las camas de la UCI de nuestro hospital tienen una disponibilidad aproximada del 41% y la disponibilidad de ventiladores es superior al 70%”.
Balance y actualización
Los datos que se manejan de forma oficial apuntan que hasta hoy por la mañana, ha habido 4 mil 272 casos de COVID-19 en Filadelfia, y al menos 200 muertes en la ciudad y sus condados circundantes.
“El martes, los funcionarios informaron de 47 nuevas muertes en la región de los ocho condados de Filadelfia, el peor día hasta ahora. Pero los líderes son cautelosamente optimistas en cuanto a que los esfuerzos de distanciamiento social están teniendo un impacto, porque aunque los casos siguen aumentando, una tasa de aumento más lenta significa que la curva de casos se ha aplanado en Pensilvania”, apunta el reportaje.
Pensilvania ha sido identificado como un potencial punto caliente de COVID-19 durante algún tiempo.
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“Creo que hay un nivel de preocupación con respecto a la proximidad a Nueva York y Nueva Jersey”, dijo Nate Wardle, portavoz del Departamento de Salud de Pensilvania.
La mayor preocupación es la región de Filadelfia, dijo, y el noreste del estado.
Tensión en los hospitales
El trabajo periodístico de los reporteros Jason Laughlin, Wendy Ruderman y Rob Tornoe, también advierte que los trabajadores de la salud de la región están sintiendo la tensión en sus hospitales.
“El número de estos pacientes está aumentando durante la última semana, más o menos”, dijo el lunes Megan Stobart, médico del departamento de emergencias del Hospital Jefferson.
En el Hospital Universitario de Temple, las enfermeras de las unidades de cuidados intensivos se sienten demasiado dispersas en los últimos días, dijo Francine Frezghi, presidenta de la Asociación de Enfermeras del Hospital Universitario de Temple, un local del sindicato de enfermeras PASNAP.
“Hemos estado bien hasta hace unos tres días con el aumento de la UCI y eso seguirá ocurriendo”, dijo. “Necesitas más enfermeras de la UCI de las que nunca has tenido”.
William Pace, un médico de enfermedades infecciosas que es parte del personal de varios hospitales del área, incluyendo el Jeanes Campus del Hospital Universitario Temple en el noreste de Filadelfia, describe escenas similares. “Cada día, recibimos más y más”, dijo Pace el domingo. “Yo era el más ocupado en Jeanes inicialmente porque había un montón de gente en el área del condado de Montgomery.”