Un reporte publicado la semana pasada por la Organización de las Naciones Unidas destaca que América Latina es actualmente una de las zonas a vigilar debido al incremento de nuevos contagios de VIH/sida.
En la región se produjo un aumento del 7% de casos en 2018 respecto a 2010, sin contar la situación en la región del Caribe, según el informe global más reciente del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA).
La organización señala que solo en otras dos zonas del mundo ocurrió lo mismo. En Europa del Este y Asia central (29%) y Oriente Medio y el Norte de África (10%).
En su informe, ONUSIDA destaca que existen diferentes tendencias en la región latinoamericana, en la que incluye a 16 países: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay.
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La situación en Venezuela no se detalla por falta de datos oficiales en los que se basa la organización para llevar a cabo su informe. “Debido a la situación política que está atravesando Venezuela, la recolección de datos del sistema sanitario relacionado con el VIH ha sido un desafío”, explicó el director del equipo de apoyo regional de ONUSIDA para América Latina, César Núñez.
En el Caribe el organismo examina el progreso en Bahamas, Barbados, Belice, Cuba, República Dominicana, Guyana, Haití, Jamaica y Surinam.
En el índice de Latinoamérica, El Salvador se sitúa como el país con la mayor reducción de nuevos contagios de VIH, con un descenso del 48% en 2018 respecto a 2010. Le sigue Nicaragua con un descenso del 29% y Colombia con una caída del 22% en ese mismo periodo; mientras que México se mantiene.
Sin embargo esas destacadas marcas se contraponen con la situación en Chile, el país de la región con el mayor aumento de nuevos contagios (34%), seguido por Bolivia (22%), Brasil (21%) y Costa Rica (21%).
A pesar del aumento regional, la ONU señala en su informe que “la tendencia en los países grandes puede tener una influencia desmedida en la media regional”. Por ejemplo, si no se contara Brasil, en Latinoamérica se hubiera registrado una bajada del 5% en nuevos contagios en ese lapso.
“La región se enfrenta a un desafío en cuanto a la cobertura del tratamiento entre todas las personas que viven con VIH, una circunstancia directamente ligada a la transmisión del virus”, explica Núñez.
“Los países necesitan aumentar la inversión y el acceso del tratamiento sobre poblaciones específicas, combinado a una prevención que tenga en cuenta los factores sociales y estructurales que llevan a la transmisión del virus, como la discriminación, el acceso a servicios y la pobreza”.
Al respecto el director del equipo de apoyo regional advierte sobre la situación de las llamadas “poblaciones clave” más en riesgo que son trabajadores sexuales, consumidores de drogas, hombres homosexuales o aquellos que mantienen relaciones sexuales con otros hombres, personas transgénero o presos, según señala el organismo.
En 2018 el 65% de los nuevos contagios se produjeron en personas de las “poblaciones clave” y sus parejas sexuales (por encima de la media global, 54%), mientras que “solo un tercio (35%) se produjo en el resto de la población”.
La ONU estima que en el mundo existen en la actualidad unos 37,9 millones de personas con VIH y solo 23,3 millones tienen acceso a la terapia antirretroviral, según los datos más actualizados de 2018. En Latinoamérica, se estima que hay 1,9 millones de personas viviendo con VIH y 1,2 millones con acceso a tratamiento.
Aunque las cifras han descendido desde 2010, la ONU insiste en el informe que “se progresa, pero cada año menos” y urge a hacer más esfuerzos para cumplir los objetivos marcados.