“Toda mi vida, mi objetivo ha sido ir a Cannes”. El director Sean Baker lo consiguió y ganó la Palma de Oro con “Anora”, filme independiente sobre una trabajadora del sexo.
No es la primera vez que el estadounidense de 53 años compite en el célebre festival de la riviera francesa. Pero esta vez el jurado se ha rendido ante esta historia sobre una bailarina de estriptis de la que se enamora un rico heredero ruso, con toques de comedia.
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Esta versión de Cenicienta de 2024 ha servido para lanzar una revelación, la actriz Mikey Madison, en el papel principal.
Baker se interesó en el cine a los seis años, viendo a Boris Karloff interpretar Frankenstein.
“A partir de ese momento, fue el cliché total: filmes en súper 8, cámara de video, cineclub en el instituto, torturar a mi hermana para hacerla actuar en mis películas”, recordó al Guardian en 2017.
Acabó estudiando cine en la New York University y rodó su primera película, “Four Letter Words”. Pero cayó en un espiral de conflictos y terminó adicto a la heroína.
“Perdí mucho tiempo. Por eso cuando ven a mis homólogos, tienen 10 años menos que yo. Pasé momentos muy malos”, evocó.
Rehabilitado de las drogas, Baker se aferró a su pasión e hizo todo lo posible para “quedarse en la industria del cine, aunque no fuera más que en los márgenes”. En 2017, con “The Florida Project” saltó realmente a la fama, con el retrato de una niña que vive en un motel sórdido en el límite de Disney World.
Por: AFP