Científicos de la Florida Atlantic University (FAU) ubicada en Boca Ratón, adelantan un proyecto innovador que tiene como objetivo devolver el sentido del tacto a las personas que hayan sufrido amputación en las extremidades.
La meta de dicho proyecto liderado por el científico de la FAU Erik Engeberges la creación de pulpejos dactilares artificiales que puedan diferenciar entre la textura del “pelaje de un perro y unos cubiertos”.
En fecha reciente el equipo de la FAU con Engeberg a la cabeza, publicó en la revista Sensor un estudio enfocado en los llamados Sensores Táctiles de Metal Líquido (LMS), una revolución en la industria de las prótesis.
Hierarchical Tactile Sensation Integration from #ProstheticFingertips Enables Multi-Texture #SurfaceRecognition @FloridaAtlantic @FIU_ARC @FIU
👉https://t.co/Dz2K1zbP5v#tactilesensor#robotichand#robot #MachineLearning#sensors pic.twitter.com/WCtztYkp8d— Sensors MDPI (@Sensors_MDPI) July 19, 2021
“Los amputados se ven privados de las sensaciones básicas del tacto. Con las manos protésicas actuales no pueden distinguir entre la piel humana de un ser querido o la piel de una manzana”, dijo el profesor Engeberg.
Según datos de la organización sin fines de lucro Coalición de Amputados, en Estados Unidos aproximadamente 2,1 millones de personas han sido amputadas o nacieron sin alguna de sus extremidades, mientras que otros 28 millones están en riesgo de serlo, la mayoría debido a enfermedades como la diabetes.
Engeberg y su grupo de investigadores de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Computación de la FAU, son los pioneros en incorporar sensores táctiles en las yemas de los dedos de una prótesis de mano.
Los resultados del estudio evidenciaron que la unificación de información táctil de los LMS en cuatro yemas de los dedos de una prótesis de mano, distinguía de forma simultánea la diferencia entre superficies complejas de texturas múltiples.
El científico subrayó que trabajan en una prótesis que pueda tener “la capacidad de reconocer la textura de la superficie de un objeto”, y que esta sea aceptada por quienes perdieron sus extremidades superiores.
La finalidad es que, con las prótesis, los amputados puedan actuar de manera más natural al sentir y responder a su entorno.
Para la interacción humana
Estos pulpejos dactilares o yemas de dedos con nuevos sensores táctiles “pudieron distinguir de manera confiable entre diferentes velocidades de contacto deslizante y diferentes texturas y demostraron la viabilidad de su aplicación a manos robóticas”, indica el estudio.
La clave de esta tecnología son los “sensores flexibles” que Engeberg considera como el “futuro” cuando se trata de la interacción con un ser humano. Explica que es una “fusión entre la tecnología de fotolitografía para generar un canal de microfluidos lleno de metal líquido y algoritmos de aprendizaje automático”.
Te puede interesar:Investigan ola de contagios de una bacteria devoradora de carne
El científico expresó que este progreso “podría ser la base para diferentes tipos de sensores e inteligencia artificial relacionados con la salud y la comodidad humanas”.
Esta tecnología está dentro de una capsula de un material a base de silicona y proporciona ventajas adicionales sobre los sensores tradicionales al incluir alta conductividad, flexibilidad y capacidad de estiramiento. Es una integración jerárquica de sensaciones táctiles de múltiples dedos que podría proporcionar un mayor nivel de inteligencia para manos artificiales.
El estudio indica que se puede aplicar ampliamente en muchos campos que involucran la interacción humana.