China anunció desde Pekín que participará en una nueva ronda de reuniones con los Estados Unidos con miras a poner fin a la guerra comercial que se agita entre las dos grandes súper potencias y cuya fuerza telúrica se percibe en todo el mundo.
La declaración la hace el gobierno chino en una atmósfera en la que en el ámbito internacional Washington no ha parado de decir en escenarios mundiales que “China es una amenaza en el hemisferio”, “que utiliza practica comerciales coercitivas” y que su dirección última “es el control mundial”.
A sabiendas de estos discursos esparcidos en distintos escenarios mundiales por el Ejecutivo estadounidense y en no pocas veces por el propio presidente Donald Trump, los representantes de la administración Xi Jinping han dicho que la próxima ronda de negociaciones comerciales para poner fin a la guerra comercial tendrá lugar en Pekín los próximos 28 y 29 de marzo, de acuerdo a anuncio del Ministerio de Comercio chino.
Gao Feng, portavoz de ese departamento, confirmó hoy en una rueda de prensa que el viceprimer ministro chino Liu He será quien lidere la delegación del gigante asiático durante las negociaciones.
La agenda contempla que Liu He se desplazará posteriormente a Washington para la siguiente ronda de conversaciones, que se celebrará en la capital estadounidense a principios de abril, añadió el portavoz.
Por su parte, la delegación estadounidense estará encabezada por Robert Lighthizer, representante de Comercio Exterior, a quien en otras ocasiones ha acompañado el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
Las negociaciones para resolver la disputa comercial entre ambos países continúan tras la extensión del plazo original de 90 días -que finalizó el pasado 1 de marzo- establecido en la tregua firmada el 1 de diciembre de 2018 por el presidente estadounidense, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping.
A finales de febrero Trump anunció que EEUU retrasaba la subida de aranceles prevista para los productos chinos ante los “avances” alcanzados durante la última ronda de negociación comercial celebrada en Washington.
El mandatario insistió entonces en que se reuniría “en un futuro no distante” con Xi para afinar los detalles de un eventual acuerdo.
Trump coincidió con la agencia oficial china Xinhua en que las negociaciones habían conseguido “progresos sustanciales”.
Según el mandatario estadounidense, aquella ronda fue “muy productiva” y se avanzó en temas clave como “protección de la propiedad intelectual, transferencia (forzada) de tecnología, agricultura, servicios, divisas y muchas otras cuestiones”.
La guerra comercial entre las dos mayores economías mundiales, desatada por el agresivo proteccionismo del presidente estadounidense, ha generado inquietud y volatilidad en los mercados financieros internacionales.
Tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como el Banco Mundial (BM) han rebajado sus previsiones de crecimiento económico global como consecuencia de las tensiones comerciales entre Washington y Pekín.