Una nueva investigación dirigida por la University of Florida Institute of Food and Agricultural Sciences (UF/IFAS) revela que la cáscara de naranja puede ser la clave para una mejor salud cardiovascular.
De acuerdo con estudios realizados por la American Heart Association durante el periodo del 2015 al 2018, de los adultos hispanos mayores de 20 años en Estados Unidos el 52.3% de los hombres y el 42.7% de las mujeres padecieron enfermedades cardiovasculares lo que causó la muerte de 31.864 hombres y 26.820 mujeres hispanas de todas las edades durante el citado periodo.
Investigaciones recientes han demostrado que algunas bacterias intestinales ayudan al desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Cuando se alimentan de ciertos nutrientes durante la digestión, las bacterias intestinales producen Trimetilamina N-óxido (TMAO).
Los niveles de TMAO pueden ayudar a predecir futuras enfermedades cardiovasculares, según investigadores de la Clínica Cleveland.
Con la ayuda de una subvención del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) por un monto de 500.000 dólares, la profesora asociada del departamento de ciencias de los alimentos y nutrición humana de UF/IFAS, Yu Wang y su equipo de investigación estudiaron el potencial de los extractos de la cáscara de naranja, ricos en beneficiosos fitoquímicos, para reducir la producción de OTMA y trimetilamina (TMA). Los científicos experimentaron con dos tipos de extractos: una fracción polar y una fracción apolar.

Para obtener las diferentes fracciones de polaridad, los científicos utilizaron disolventes polares y no polares en las cáscaras de naranja, manifestó la profesora Wang.
“Imagínese el aderezo para su ensalada, lo que se encuentra en la parte de agua o vinagre es la fracción polar; todo lo que hay en el aceite alejado del agua es la fracción no polar. Los disolventes que utilizamos no eran exactamente como el agua y el aceite, pero poseen una polaridad similar”, explicó Wang.
Los resultados del estudio mostraron que el extracto de la fracción no polar de la cáscara de naranja inhibía eficazmente la producción de sustancias químicas nocivas. Los investigadores también identificaron un compuesto llamado feruloilputrescina en el extracto de la fracción polar de la cáscara de naranja que también inhibe significativamente la enzima responsable de la producción de TMA.
“Este es un hallazgo novedoso que resalta el potencial de la feruloilputrescina en la salud, mediante la reducción del riesgo de una enfermedad cardiovascular”, aclaró la profesora Wang.

El hallazgo en la cáscara de naranja es significativo porque cada año se producen 5 millones de toneladas de cáscaras de naranja durante la producción de jugo en todo el país. Casi el 95% de las naranjas de Florida se utilizan para hacer jugo. Aproximadamente, la mitad de las cáscaras se destinan a la alimentación del ganado, el resto se desperdicia.
Pero la Administración de Alimentos y Medicamentos considera que los extractos naturales en la cáscara de naranja son seguros para el consumo humano. Por lo tanto, Wang espera darles un mejor uso a estas cáscaras.
“Los hallazgos sugieren que las cáscaras de naranja, a menudo convertidas en desecho en la industria de los cítricos, pueden reutilizarse como valiosos ingredientes que promueven la salud, suplementos dietéticos o ingredientes alimentarios”, anotó Wang, profesora en el Centro de Investigación y Educación de Cítricos de UF/IFAS.
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“Nuestra investigación allana el camino para el desarrollo de alimentos funcionales enriquecidos con estos compuestos bioactivos, proporcionando nuevas estrategias terapéuticas para la salud del corazón”, puntualizó la catedrática.