El “stealthing” es un término acuñado recientemente que hace referencia a quitarse el condón durante la relación sexual sin el consentimiento ajeno.
La batalla contra esta práctica gana impulso en Estados Unidos. A principios de octubre California se convirtió en el primer estado en aprobar una ley que penaliza el “stealthing”.
Funcionarios electos de Estados Unidos bregan para prohibir por ley esa práctica, lo que allanaría el camino para presentación de denuncias.
Entre esos representantes está Cristina García, quien propuso la ley de California por experiencia propia.
«Hay hombres que lo intentaron y lo advertí en el momento», explicó. «Tuve la suerte de advertirlos y pararlos. Muchas mujeres no han tenido esa suerte», añadió.
Cuando percibió cuan frecuente es el “stealthing” y descubrió que en la web hay comunidades que incitan a esa práctica y enseñan trucos para engañar a sus parejas sexuales, García consideró aprobar una ley. En 2017 hizo su primera propuesta legislativa.
García finalmente tuvo éxito, y en octubre el gobernador de California promulgó una ley que permite a las víctimas reclamar una indemnización económica. En otras partes de Estados Unidos se intentó aprobar leyes similares, pero sin la misma suerte.
Para Melissa Agard, una demócrata de Wisconsin que propuso un proyecto de ley contra el “stealthing” en 2017, el hecho de que legisladores sean mayormente hombres los hace más propensos a menospreciar el tema. «Creo que les resulta difícil escuchar esas conversaciones que los hacen sentir incómodos», dijo a la AFP.
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García destacó el papel que tuvo la serie de televisión británica «I May Destroy You», lanzada en 2020 y cuya protagonista es víctima de “stealthing”, para ayudar a «comprender y creer en el trauma» que genera esa práctica y ayudar a darle visibilidad.
Pese a sus riesgos, el tema se ha investigado poco, por lo que se desconoce su magnitud. Un estudio publicado en Estados Unidos en 2019 mostró que el 12% de las encuestadas de entre 21 a 30 años habían sufrido “stealthing”.
Para Caroline Maloney, una integrante de la Cámara de Representantes que aboga por una ley nacional, las acciones federales deben comenzar con la recopilación de datos para que así los miembros del Congreso adviertan «los peligros y la preponderacia del stealthing».
Esa acción ya puede considerarse agresión sexual en algunos estados en donde el uso de la fuerza no se considera un requisito para determinar un caso de agresión, según Sherry Colb, profesora de derecho de la Universidad Cornell.
Con información de AFP