Con una orden judicial que protege a los inquilinos de ser desalojados en Filadelfia, la ciudad fue escenario de un choque de puntos de vista que mantiene en tensión a los propietarios de viviendas con los arrendadores.
Al principio de la pandemia un clima de tranquilidad fue servido por los dueños de viviendas quienes se explayaron en “empatías” frente a lo que era el advenimiento de la enfermedad, sin embargo con el pasar de los días que ahora son meses, resienten el golpe económico, impacto que desean compartir con los inquilinos.
Durante el fin de semana se escenificó en la ciudad una protesta que llegó a Filadelfia proveniente de un movimiento nacional, que ha colocado a los inquilinos en la postura de emitir un mensaje a los propietarios a quienes solicitan la postergación del pago del alquiler. La razón que al unísono dan es muy sencilla: “Si no podemos trabajar, no podemos pagar”.
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La manifestación se escenificó a menos de una semana del 1° de mayo, fecha en la que expira el pago del mes de renta, una situación que de acuerdo a los caseros los coloca en una situación de desventaja debido a que ellos al parecer si están obligados a pagar las cuentas de electricidad por la iluminación común y los gastos de calefacción.
Unión de Inquilinos
La intranquilidad sacó a las calles a los afiliados en la Unión de Inquilinos de Filadelfia. Las demandas que se transformaron en protesta están suscritas a que el pago de la vivienda mientras dure la pandemia de la COVID-19 debe ser congelado. Asimismo exigen que las tasas se mantengan congeladas también para evitar que los propietarios aumenten los cánones para recuperar las pérdidas.

Un integrante de la organización que fue identificada por los medios locales como Lia Ferrante, precisó en declaraciones a la televisión de la más grande metrópolis de Pensilvania que “la gente no soporta esta carga porque ha perdido sus trabajos, no tiene el dinero ahora y no lo van a tener tres meses después”, dijo Ferrante.
Los manifestantes demandaron que no se acumule ninguna deuda con los propietarios y/o los bancos. Con el alquiler inminente, los inquilinos exigen una “moratoria de alquiler o congelación mientras la crisis se esté desarrollando.
El fin de la paciencia
El 20 de marzo pasado The Homeowners Association of Philadelphia (HAPCO) emitió una declaración de prensa en Filadelfia, con la que se comprometió a obedecer la prohibición de desalojos.
En la ocasión se dijo que “no somos nosotros ni ellos” dijeron en referencia a los inquilinos. “Estamos tratando de trabajar juntos en esto”, dijo Victor Pinckney, vicepresidente de HAPCO. “No podemos enojarnos con ellos. No es su culpa. Ellos no hicieron esto. Puede que te cueste dinero, pero algunas cosas son más importantes que el dinero”.
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El discurso en los últimos días de abril cambió: “¿Cómo se supone que el propietario pague sus cuentas? ¿Cómo se supone que pagará el seguro? Si paga la calefacción del edificio, la calefacción… ¿Cómo se supone que va a pagar la iluminación?”, dijo el señor Victor Pinckney.

La asociación aconseja a los inquilinos que usen el dinero del programa SNAP, el desempleo y el programa PPP, cuando corresponda, para pagar lo que puedan.
“No me digas lo que crees que quiero oír, dime qué crees que puedes hacer para ponerte al día”, dijo Pinckney.