La necesidad de hallar un culpable que ha sido soslayadamente deslizada por la Casa Blanca hacia los predios de la comunidad de Inteligencia de los Estados Unidos, ha encontrado una seria obstrucción debido a que el principal epidemiólogo de la nación descarta que la COVID-19 surgiese en un laboratorio.
La nación con el paso de los días ha venido advirtiendo el matiz proselitista que se le quiere dar a la pandemia en los estratos políticos, y más de un nivel partidista o alguna oficina con afiches de MAGA han abonado el terreno para darle más sustancia a China como un enemigo necesario que analistas dicen requiere el presidente Trump para no cargar solo con las culpas que con la pandemia serán cobradas en noviembre.
Y ha sido precisamente uno de los convidados de la Casa Blanca para atacar al coronavirus el que ha hecho el anuncio. El doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas y principal epidemiólogo del Gobierno de EE.UU., descartó que el coronavirus SARS-CoV-2 que dio origen al COVID-19 fuera creado en un laboratorio.
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No es la primera vez que Fauci no está de acuerdo con la visión de la Presidencia y nuevamente contradice la versión que defienden el presidente Donald Trump y su secretario de Estado, Mike Pompeo.
Ciencia y proselitismo
La política vista como un arte mayor no tiene tachas a la luz de las grandes creaciones del hombre, sin embargo el proselitismo es un andamio que se erige con maderas secas y corruptas.
Durante una entrevista con National Geographic que hoy divulgan los medios locales, Fauci opinó que “si se mira la evolución del virus en murciélagos y qué hay ahora (la evidencia científica) tiende muy, muy fuertemente hacia que (el virus) no pudo ser artificialmente o deliberadamente manipulado”.
Sin embargo los hombres más duros de la comunidad de inteligencia, quienes antes de la apreciación del doctor Fauci ya tenían la opinión científica, le prometieron a la Casa Blanca investigar sin importar los resultados.
El experto quien es integrante del Grupo de Tareas contra el coronavirus agregó que “todo en la evolución en el tiempo indica en gran manera que el coronavirus evolucionó en la naturaleza y luego saltó entre especies”.
La ciencia está alineada
El doctor Fauci, quien ha gozado hasta ahora de la confianza del presidente Donald Trump, con esta declaraciones se coloca en sintonía con lo expuesto este lunes por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que zanjó las versiones que indican que el coronavirus causante de la COVID-19 se originó en un laboratorio de China al confirmar que este patógeno “tiene origen animal”.
María Van Kerkhove, jefa del Departamento de Enfermedades Emergentes de la OMS, sostuvo el lunes que “el coronavirus circula de forma ancestral entre los murciélagos, es algo que sabemos basándonos en la secuencia genética de este virus. Lo que necesitamos entender es cuál ha sido el animal que actuó como intermediario, es decir que fue infectado por los murciélagos y lo transmitió al humano”.
Tal vez es esa la tarea que se ha planteado realizar la comunidad de Inteligencia de los Estados Unidos, una “sociedad” que está aliada a las mentes más brillantes y que posiblemente logren saciar la curiosidad de la Casa Blanca antes de que lo haga la Organización Mundial de la Salud.
Trump no afloja
Más allá de las especulaciones, el presidente Donald Trump viene insistiendo en que el Gobierno estadounidense tiene pruebas de que el virus tiene origen en un laboratorio de Wuhan (China), algo que también ha rechazado la Dirección de Inteligencia de EE.UU.
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A la defensa de esta teoría se sumó el pasado fin de semana el secretario de Estado, Mike Pompeo, quien dijo el domingo que el Gobierno de Estados Unidos tiene una “enorme cantidad de pruebas” que sostienen la afirmación del presidente Trump.
“Puedo decirle que hay una cantidad significativa de pruebas de que esto vino de ese laboratorio en Wuhan”, afirmó Pompeo durante una entrevista con la cadena ABC News.