En los primeros días de confinamiento y de informaciones sobre la pandemia, algo totalmente nuevo para las generaciones actuales, la televisión se convirtió en un refugio y personas como el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, supieron usarla.
Andrew Cuomo, demócrata de 62 años, es como lo anunció el viernes la Academia de la Televisión estadounidense, ganador del Emmy por su «dominio maestro» de la televisión durante aquellos días.
Durante los primeros meses de la crisis sanitaria, cuando Nueva York se vio convertida en el epicentro estadounidense –y mundial, durante unos días– de la pandemia, Cuomo inició una costumbre: comparecer todos los días a media mañana en televisión para dar parte de cómo estaba gestionando la crisis.
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Las ruedas de prensa, en las que Cuomo no ocultaba ni sus dudas ni sus lagunas sobre virología, pero en las que mostraba la actitud de trabajo duro y los valores de sacrificio que sacarían a Nueva York de su crisis, se convirtieron en una parte fundamental de la jornada estadounidense. Incluso el presidente Donald Trump tuvo que cambiar sus ruedas de prensa a la tarde para no contraprogramar las del gobernador.
«Ahora, si me disculpan, vuelvo al trabajo» decía siempre al terminarlas. Su popularidad se catapultó a un 77%, la cifra más alta de sus diez años como gobernador.
El Emmy no corresponde a una categoría ya existente que se entregue cada año: se trata de un premio especial, una suerte de medalla al mérito, que hasta ahora solo había ganado la presentadora Oprah Winfrey y el vicepresidente Al Gore (este último por el trabajo relacionado con Una verdad incómoda).