El mundo la conoció en 1996, cuando se coronó Miss Universo. Alicia Machado salió a la pasarela con una espontaneidad admirable, no podía pasar desapercibida. Ella nació para brillar.
Alicia también es actriz, presentadora, productora y empresaria. Además, la venezolana fue la primera ganadora de La Casa de los Famosos, y precisamente después de este reality, experimentó un renacimiento en su carrera.
Durante el programa de 2021, Machado demostró su carisma, gala tras gala, y así se ganó el apoyo de la audiencia. Con un enviable 67% de los votos, se coronó como la gran ganadora.
«Fue fuerte, difícil y diferente a cualquier tipo de proyecto que haya hecho anteriormente, pero también muy sanador. Me trajo cosas positivas, más que todo el cariño de la gente. Quizá no estaba tan consciente de todo el amor que la gente me tenía», afirmó en una entrevista con Estylo MAGAZINE.
El premio de ese reality era una de las cosas más añoradas, se supo que Alicia destinó ese dinero a una causa muy noble: fue dirigido a comprarle una casa a su madre. Así lo afirmó en una entrevista en Al rojo vivo, donde venezolana expresó su gratitud hacia su madre, describiéndola como una mujer mágica que ha sido fundamental en su vida. «Mi mamá es algo muy maravilloso, yo no sería quien soy de no ser por ella», destacó La Nación.
«Ay, mi amor, yo soy de Maracay»
Recientemente, Alicia regresó a las pantallas de Telemundo, esta vez para el programa «Top Chef Vip», una competencia en la que varias celebridades enfrentan retos culinarios exigentes para demostrar sus habilidades. Buscan el título de «Top Chef» y el premio de 200 mil dólares.
Un clip de la venezolana en medio de un reto que involucraba abrir un coco se hizo viral en redes sociales, mostró dos cosas: su personalidad y su capacidad para resolver con lo que tiene a la mano. En una habitación sus compañeros de equipo le gritaban qué tenía que hacer, pero Alicia se plantó con un «i know what i’m doing». Luego vino una frase icónica, que la define muy bien: «Ay, mi amor, yo soy de Maracay, estado Aragua, Venezuela».
Sobre esto, la maracayera aseguró que en ella vive una dualidad. «Pudiera decirte que soy totalmente otra persona, o que no he dejado de ser la misma. Estoy en esa dualidad. Hay días que soy “totalmente Maracay” y hay otros en los que sí estoy enfocada en todo lo que he crecido y aprendido. Pero mi esencia sigue siendo la misma. Sigo siendo la misma chama, con las mismas ilusiones y con las mismas ganas de triunfar de siempre».
Pasado y presente
Alicia siempre tiene en mente sus orígenes. Le enorgullece ser latina, ser venezolana y claro está, ser ahora estadounidense. Son cosas que pueden convivir sin problema, pero sus raíces, no se olvidan.
«Mi abuelita Alicia, que está en Maracay, siempre me decía que ser inmigrante era como una especie de “nacionalidad”, una especie de cultura, y que nunca, por más bueno que sea un país, por más bien que te sientas y por más papeles que tengas, tu tierra siempre va a ser un recuerdo. Ahora sus palabras son tan ciertas para mí. Ella tiene 94 años, es cubana, llegó a Venezuela de 20 años, y ahora que está tan viejita, le volvió su acento, te echa cuentos de cuando se iba a caminar por el malecón con sus hermanas, y te lo cuenta como si estuviera pasando. Eso quiere decir que el alma y el cerebro van a volver. Y yo sé que algún día voy a volver a ser la venezolana que siempre fui», confesó a Estylo.
Con esos pensamientos, sigue adelante. Los proyectos no cesan. Ahora es Top Chef, pero el público sabe que no se terminará ahí. Adicionalmente, su faceta como empresaria le ha dejado grandes oportunidades y aun sigue recibiendo el cariño de la gente que la ha visto evolucionar.