El alcalde de Miami Francis Suárez vetó la resolución adoptada por la comisión del municipio para demoler el teatro Coconut Grove Playhouse bajo el argumento de que se deben preservar activos históricos de la ciudad.
Durante los 13 años que ha permanecido cerrada la edificación, los funcionarios de la ciudad, miembros de la comunidad y activistas han propuesto una serie de alternativas para el histórico teatro.
El 8 de mayo la Comisión de la Ciudad de Miami decidió, con tres votos a favor y dos en contra, un polémico plan de revitalización que exigía salvar la fachada del inmueble pero demoler el auditorio.
Los grupos de preservación criticaron la decisión y la calificaron como “un grave error” e instaron al alcalde Suárez a vetar el plan.
La medida de veto es la primera en su categoría que emite la administración del jefe del ayuntamiento desde que tomó posesión en noviembre de 2017 y con ella se frena la decisión de desmantelar el teatro. La razón fundamental para imponer dicha medida es “preservar uno de los activos históricos más preciados de la ciudad de Miami”.
El alcalde hizo el anuncio en el marco de una conferencia de prensa en la afueras del teatro Coconut Grove Playhouse construido en 1925 y que está incluido en el Registro Nacional de Lugares Históricos de la ciudad. Un nutrido grupo de ciudadanos reunidos en el lugar aclamó el anunció del veto.
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Suárez se refirió además a un reporte sobre la edificación, realizado en 2005, en el que se estableció que el inmueble “está destinado a ser uno de los teatros más elaborados de Miami con la capacidad más grande de acomodar espectadores dentro de sus instalaciones”.
También habló sobre la reconstrucción del edificio, ejecutada en 1955, y que tuvo como finalidad que en el lugar se continuaran ofreciendo espectáculos en vivo a los residentes de la ciudad.
La Comisión de la Ciudad de Miami tiene el poder y la potestad de invalidar ese veto si logra que una mayoría absoluta (cuatro votos a favor uno en contra), esté de acuerdo en anular la decisión tomada por el alcalde.
A favor
Los comisionados Keon Hardemon y Ken Russell fueron los únicos miembros de la Comisión de la Ciudad de Miami que se opusieron al plan que estipula solo la restauración de la fachada del inmueble y demoler el resto del edificio.
Russell, cuyo distrito incluye Coconut Grove, considera que demoler el teatro causaría que el edificio, que otrora funcionó como una casa de juegos, pierda su estatus con el Registro Nacional de Lugares Históricos.
“Este teatro necesita ser preservado y deberíamos estar cuidando las últimas estructuras históricas restantes que tenemos en lo que de otra manera es una ciudad muy joven”, dijo Russell.
En contra
La Comisión de la Ciudad de Miami aprobó el plan del Condado Miami-Dade que plantea conservar la fachada del teatro como única vía rentable para mantener la existencia del inmueble.
En una reunión con los miembros de la Comisión, el alcalde del Condado Miami-Dade, Carlos Giménez, advirtió que “no hay otro plan” factible y que su Condado dispone de los recursos económicos necesarios para llevar a cabo el plan de preservar la fachada y habilitar el resto del edificio.
“Si seguimos esperando a ver quién reconstruye toda la edificación y luego la mantenga, nunca lo veremos y terminaremos demoliendo todo el edificio cuando no se pueda hacer nada”, indicó.
El gobierno condal, que cuenta con el permiso de administrar el inmueble que es propiedad del estado de la Florida, debe cumplir con los dictámenes del cuerpo legislativo municipal de Miami sobre edificios históricos.
Giménez dijo que en abril de 2017 la Junta de Preservación Ambiental e Historia de Miami aprobó el proyecto condal de 23 millones de dólares para preservar la fachada del teatro y construir una sala menor de 300 butacas que también tendría locales comerciales y un edificio para estacionamiento.
El alcalde Suárez por su parte criticó este plan aprobado por los comisionados pues a su juicio habría convertido más de la mitad del edificio en simple un espacio comercial.
“Si bien eso puede ser comercialmente viable, la viabilidad comercial no es el estándar para la preservación histórica en la Ciudad de Miami. Creo que mataría al personaje y al alma de esta ciudad”, puntualizó el alcalde de Miami.