En Florida miles de hectáreas de frutas y verduras están siendo aradas o simplemente abandonadas en los campos. La razón es que los agricultores no tienen a quien vender la cosecha pues sus compradores, conformados por restaurantes, escuelas y parques temáticos entre otros establecimientos están cerrados a causa de la pandemia de COVID-19.
Cientos de kilos de calabacín se madurarán y pudrirán bajo el sol mientras que extensos sembradíos de tomates se marchitaron en los campos.
Algunas personas han logrado comprar los productos del campo a un precio muy por debajo de su costo real. Una empacadora ubicada en la ciudad de Palmetto ofertaba las cajas con 11 kilos de tomate por cinco dólares.
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En el país, Florida tiene un lugar preponderante en la producción de tomate, habichuelas, col y pimientos en esta época del año. Aunque algunas de las cosechas se venden a mercados, muchos agricultores producen solamente para restaurantes, escuelas y parques temáticos que permanecen cerrados como medida para contener la propagación del coronavirus.
Muchos productores han donado frutas y verduras a los bancos de alimentos, pero las organizaciones de beneficencia pública tienen una cantidad límite para lo que pueden aceptar pues el almacenamiento es un problema para los productos perecederos.
Algunos bancos de alimentos en el centro de Florida están llenos luego que los parques temáticos en el área cerraron y les donaron grandes cantidades de frutas y verduras. Los granjeros están tratando de vender su producción a tiendas de abastecimientos, pero no es una tarea fácil.