El gobernador Tom Wolf ha vetado una medida que impediría a Pensilvania unirse a un esfuerzo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y abordar la crisis climática. El rechazo corresponde a la Resolución Concurrente de Revisión Normativa 1 del Senado, que habría inhabilitado la oportunidad de la mancomunidad de entrar en la Iniciativa Regional de Gases de Efecto Invernadero (RGGI).
De acuerdo a la página oficial del estado, la resolución concurrente también es defectuosa desde el punto de vista del procedimiento, ya que la Asamblea General no la adoptó dentro del plazo legal prescrito en la Ley de Revisión Normativa.
Wolf consideró el veto como una iniciativa clave para abordar la crisis ecológica. La iniciativa es “un paso vital para que Pensilvania reduzca las emisiones de carbono y logre nuestros objetivos climáticos. Abordar la crisis climática mundial es uno de los desafíos más importantes y críticos que enfrentamos”.
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“Además de los beneficios medioambientales, la participación en esta iniciativa permitirá a Pensilvania realizar inversiones específicas que apoyarán a los trabajadores y a las comunidades afectadas por la transición energética”, agregó la autoridad estatal.
El Reglamento Final 7-559 autoriza la participación de Pensilvania en la Iniciativa Regional de Gases de Efecto Invernadero bajo la autoridad de la Ley de Control de la Contaminación del Aire.
.@GovernorTomWolf today vetoed and disapproved Senate Concurrent Resolution 1, which would have disabled the commonwealth’s opportunity to enter the Regional Greenhouse Gas Initiative and effectively achieve climate goals and reduce carbon emissions. https://t.co/N2wBUmbxgJ
— Office of the Governor (@GovernorsOffice) January 10, 2022
En 2019, el gobernador Demócrata estableció los primeros objetivos climáticos estatales de Pensilvania, con el objetivo de reducir los gases de efecto invernadero en un 80% para 2050.
Según Wolf, esta participación tendrá un impacto ambiental positivo además de incidir de manera provechosa en los ámbitos de salud y economía.
Argumentos en contra
Por otra parte, los opositores a la RGGI creen que la adhesión perjudicará a la economía del estado, sobre todo en el sector energético y en las zonas dependientes del carbón. También argumentan que la cantidad que deben pagar las centrales eléctricas por emitir dióxido de carbono equivale a un impuesto, que el poder ejecutivo no puede imponer.
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“Como tercer mayor productor de energía y segundo mayor productor de gas natural en los EE.UU., ningún otro estado tiene más que perder económicamente que Pennsylvania por unirse a la Iniciativa Regional de Gases de Efecto Invernadero”, afirmó Erica Clayton Wright portavoz de los republicanos del Senado en un reportaje de WHYY.
Apoyo de organizaciones
Sin embargo, más de media docena de organizaciones de defensa del ambiente, religiosas y de inmigración han manifestado su apoyo al veto sobre la crisis climática. Las organizaciones incluyen el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales, el Programa de Clima y Energía Limpia, Pennfuture, el Consejo de Aire Limpio, CleanPower PA, Sierra Club, la Red Ambiental Evangélica, el Consejo Ambiental de Pensilvania y Fondo de Defensa Ambiental, CASA, Ceres y Exelon.
Los partidarios de la adhesión a la RGGI afirman que puede ayudar a crear puestos de trabajo en el sector de las energías limpias.
“El veto del gobernador Wolf se alinea con el deseo de los habitantes de Pensilvania de abordar el cambio climático e invertir en empleos de energía limpia de alta calidad del futuro”, declaró La organización de defensa de los inmigrantes CASA.