Los condados rurales de Pensilvania son los que más oportunidades tienen de acceder a la fase número uno del plan de reapertura propuesto por el gobernador Tom Wolf, debido a que sus números de contagios están decreciendo de una manera importante.
Recientemente la primera autoridad civil del estado señaló que la reapertura tendría como fecha tentativa el 8 de mayo y que sería de carácter regional e impulsado por los datos y las capacidades de prueba para determinar quién está contagiado.
El plan de reapertura tiene una base epidemiológica. Una región o condado necesitará un promedio de menos de 50 nuevos casos positivos del virus por cada 100 mil residentes durante 14 días para comenzar a salir de su encierro estatal. Muchos condados de la Pensilvania rural han reportado menos de 20 casos en total.
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De allí que se proyecte que los residentes del centro y noroeste del Estado Asociado serán los primeros en Pensilvania en ser eximidos de la orden de quedarse en casa del Gobernador Tom Wolf, y muchas tiendas en esas áreas deberían poder reabrir.
Wolf quiere comenzar a suavizar algunas restricciones de la pandemia el 8 de mayo en áreas de Pensilvania que han sido ligeramente impactadas por el nuevo coronavirus.
“Estamos tratando de ser prudentes y cuidadosos y queremos mantener a la gente segura”, dijo Wolf en una videoconferencia el miércoles por la noche.
Aunque los legisladores republicanos de Pensilvania están presionando por un calendario de reapertura más agresivo, el gobernador Wolf no excluye de la perspectiva que la COVID-19 ha infectado a más de 35 mil personas y ha matado a más de 1.600. Y es la conjugación de datos, con los esfuerzos que la administración del segundo estado de la Unión ha hecho para derrotar a la pandemia, por lo que Tom Wolf cree que se podría comenzar un relajamiento gradual de las restricciones.
Una cosa si es segura dentro de la concepción de reapertura de la Gobernación: Las escuelas permanecerán cerradas por el resto del año académico.
A medida que el virus comience a disminuir, y cada condado o región cumpla con el umbral de reporte de casos del estado, se permitirá a los residentes dejar sus casas y se reanudará la venta al por menor con la presencia de personas de manera adecuada en los comercios, de acuerdo con el plan de Wolf.
El plan establece una hoja de ruta de reapertura por fases y con un código de colores y, en este momento, toda Pensilvania está en “rojo”, lo que significa que los 12,8 millones de residentes tienen órdenes de permanecer en sus casas y todos los negocios “no vitales” están cerrados.
Las regiones y los condados pasarán del rojo al amarillo, y luego, eventualmente, al verde, lo que significa que se levantan todas las restricciones de la pandemia, aparte de cualquier guía de salud federal o estatal que permanezca vigente.
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Pero incluso bajo el amarillo, se mantendrá la prohibición de reuniones de más de 25 personas, y los gimnasios, casinos, teatros y otros lugares de recreación, bienestar y entretenimiento bajo techo permanecerán cerrados.
Los restaurantes y bares seguirán estando limitados a la comida para llevar o a la entrega, y los negocios deben seguir las directrices federales y estatales para el distanciamiento social y la limpieza.
Algunos detalles no se han resuelto, dijo Wolf, como si los peluqueros y barberos pueden reanudar bajo el amarillo. Y una métrica para pasar del amarillo al verde tampoco se ha resuelto, dijo Wolf.
El Gobernador también adelantó la fecha en que el trabajo limitado de construcción de edificios puede reanudarse en todo el estado, del 1 al 8 de mayo. Pero advirtió que si el virus vuelve a estallar en un determinado condado o región, se ordenará a los residentes que regresen a sus casas y los negocios tendrán que cerrar de nuevo.