Woody Allen había guardado silencio. Su hija Dylan lo acusó de abusar sexualmente de ella y ahora, él da su versión a propósito del lanzamiento de sus memorias.
Las memorias atraviesan un sinfín de anécdotas, su larga trayectoria como cómico y cineasta, y una visión sobre las acusaciones de abuso sexual de su hija Dylan, que ocupan un lugar central en su relato porque también lo han conquistado, a su pesar, en su propia vida.
Acusa a Farrow de agredir físicamente a su esposa, Soon-Yi, y de tratarla de «retrasada», de dormir desnuda con su hijo Satchel (hoy Ronan) hasta que cumplió los 11 años y obligarle a alargar quirúrgicamente sus piernas para poder «hacer carrera en política», además de lavar el cerebro a sus hijos haciéndoles creer que era poco menos que un «Moloch vestido con pantalones de pana Ralph Lauren».
El director resume la maniobra con una frase que Farrow habría pronunciado en un lejano 1992: «Tú me quitaste a mi hija, ahora yo te quitaré a la tuya».
«Yo sabía que la verdad estaba de mi lado, pero ahora me doy cuenta de que eso no es garantía de nada», lamentó Allen, que en diciembre cumplirá 85 años, ahora ha concedido una entrevista a El País.
«La vida humana tiene dimensiones distintas y, claro está, no todo lo que me ha sucedido es divertido. En cualquier vida humana hay una parte trágica y yo no soy ninguna excepción», aseguró Allen sobre los temas que se abordan en el texto.
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«Ante todo, quiero aclarar que no tengo la sensación de haberme defendido. No necesitaba ninguna defensa. Escribí la historia con objetividad. He usado citas de otras personas: los investigadores, los médicos, los jueces, los testigos. Nunca me incluí a mí mismo. Al sentir que no necesitaba una defensa, quise escribir la historia de manera objetiva y dejar que el lector llegase a sus propias conclusiones. No quería entrar en el “él dijo, ella dijo”. Esta no es mi versión, sino la versión del investigador, el psiquiatra y la asistenta doméstica. Ojalá no hubiera ocupado todo ese espacio, pero para contar mi historia al completo también debía incluir esta parte», comentó.
El silencio que guardó no lo hizo con intención de aumentar dudas o complicidad, dijo en la entrevista. «Cuando eres inocente, esas cosas no te importan. No quise perder el tiempo pensando en eso. No sentí que le debiera una explicación a nadie. La investigación concluyó que no había hecho nada, así que me centré en mi trabajo y en mi familia. Pensé que era una pérdida de tiempo dar entrevistas en televisión o escribir artículos», agregó.