Viña del Mar, la ciudad chilena que cada febrero desde hace 61 años brillaba con su famoso festival de la canción, amaneció el lunes 24 de febrero conmocionada tras una noche de extrema violencia.
Las calles de la urbe vivieron durante la noche del domingo episodios de violencia en la primera noche del evento musical, en el marco de las protestas sociales que se dan en el país desde hace más de cuatro meses.
Barricadas humeantes, autos incendiados, el hall del emblemático Hotel O’Higgins destrozado, varios vehículos quemados, saqueo de varios establecimientos y el ataque a la sede del Gobierno de la localidad fueron el escenario que marcó el inicio del tradicional evento.
La protesta llevaba días anunciándose en las redes sociales bajo el lema “Calles con sangre, Viña sin festival” y voces de distintas espectros políticos y sociales habían pedido al Gobierno cancelar el certamen para evitar situaciones de violencia.
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No obstante, el Gobierno decidió organizar un amplio dispositivo de seguridad y seguir adelante con el certamen en un aparente intento de mostrar cierta normalidad, luego de haberse visto obligado a cancelar el año pasado por el estallido social importantes citas como el Foro APEC, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático y la Copa Libertadores.
Los desmanes empezaron tres horas antes de que el puertorriqueño Ricky Martin inaugurase el festival, cuando grupos de encapuchados incendiaron varios autos en el centro de la llamada Ciudad Jardín y atacaron el mítico Hotel O’Higgings, donde se hospedan artistas, periodistas y trabajadores del festival, y el recinto fue evacuado por precaución.
En horas de la tarde del domingo una multitud se concentró en los alrededores de la sede del Festival de Viña del Mar para mostrarse en contra de su celebración en medio de la crisis social que vive el país, y protagonizaron choques con las fuerzas de seguridad que trataron de dispersarlos.
También hubo incidentes en la estación de autobuses, saqueos en distintos comercios, entre ellos un concesionario de autos, y ataques al edificio de la Municipalidad de Viña del Mar donde un grupo de sujetos atacó la entrada generando daños al edificio, tanto en ventanas como en la puerta de acceso, según reportó el cuerpo policial de Carabineros.
Mientras todo esto ocurría, el Festival de Viña comenzó con la actuación estelar de Ricky Martin, que fue ovacionado por el público y animó a los chilenos a protestar “con amor y con paz”.
Según los datos oficiales, la noche dejó saldo de al menos 15 detenidos, más de 20 agentes heridos y al menos ocho vehículos destrozados por completo.
Chile vive desde el pasado octubre su crisis más grave desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), con protestas y manifestaciones que han dejado saldo de 30 muertos y miles de heridos, además de graves acusaciones contra las fuerzas de seguridad por violaciones a los derechos humanos.
Las protestas en Chile estallaron el 17 de octubre de 2019 contra el cuarto incremento en el precio del pasaje del metro en pocos meses, y crecieron rápidamente hasta denunciar la desigualdad social y plantear la necesidad de elaborar una nueva Constitución.