La lucha contra algunas enfermedades catastróficas está encontrando su némesis en las escuelas de Medicina de Pensilvania. Recientemente se conoció que un equipo científico “mató al virus del VIH” y de seguido se supo que otro ha encontrado la manera de que las células cancerosas se autodestruyan.
Investigadores en la Escuela de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania, han trabajado con los genes MYC, que se defienden como son una familia de “protooncogenes” compuesta por varios miembros.
Los MYC se encuentran en las células normales y codifican proteínas del núcleo de la célula que se unen al ADN y facilitan su transcripción, regulan por lo tanto la actividad de otros genes.
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Basados en esta información, los investigadores han creado una nueva técnica que provoca que células cancerosas se autodestruyan.
Estos hallazgos en líneas celulares y modelos de ratón, que publica “Nature Cell Biology”, podrían señalar el camino hacia un nuevo enfoque terapéutico, ya que ya existen inhibidores que pueden bloquear la síntesis de ATF4.
Para más señas el MYC es un gen que controla el crecimiento normal de las células, la cual ayuda a que las células cancerosas se autodestruyan.
El gen MYC cuando es mutado o amplificado en el cáncer, se produce una reacción en cadena que ayuda a crecer sin control a los tumores. Este es uno de los genes más comúnmente afectados en los cánceres humanos, contribuyendo a la causa de al menos el 40 por ciento de los tumores.
Falló la encima PERK
Las décadas que la ciencia ha invertido en el desarrollo de tratamientos, fármacos y biotecnología para erradicar el cáncer como enfermedad, es el tiempo que la humanidad afectada ha estado imbuida en ese mundo por lo que conoce avances, éxitos, fracasos y victorias y desde un punto de vista especializado ha recibido esta información con muchísimo optimismo.
En el campo de la biotecnología los científicos hasta han tratado varios métodos para impedir que los tumores crezcan, tratando de bloquear el crecimiento del tumor.
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Una de las tentativas más prometedoras involucró el bloqueo de una enzima llamada PERK, que es parte de uno de los pasos a lo largo de la cadena entre el gen MYC y el tumor.
En este estudio de los investigadores de la Universidad de Pensilvania, demostraron que tratar de eliminar la enzima PERK no siempre evita el crecimiento del tumor, pues el MYC también controla otro proceso paralelo que involucra otra enzima diferente, la cual también puede ayudar al crecimiento del tumor o sea que si se elimina la Enzima PERK, el tumor tiene otra alternativa para crecer.
ATF4 ha sido detectada
Siguiendo con el estudio, los investigadores observaron un par de pasos más en la reacción en cadena que genera el crecimiento del tumor y es allí que identificaron una proteína llamada ATF4.
Cuando los investigadores bloquearon la proteína ATF4 en pruebas de laboratorio en células cancerosas y ratones con tumores, las células cancerosas produjeron una cantidad tal de proteína que causó la muerte de las mismas como resultado del estrés. Este método detuvo el crecimiento de tumores en ratones con cáncer colorrectal y linfomas.
El doctor Constantinos Koumenis, uno de los investigadores y oncólogo, comentó lo siguiente acerca del hallazgo:
“Lo que hemos aprendido es que debemos ir más abajo para bloquear el crecimiento del tumor, de manera que las células cancerosas no puedan escapar fácilmente, y nuestro estudio identifica el objetivo para hacer precisamente eso”.
Sobre el asunto el PhD Feven Tameire, otro de los autores principales del trabajo, quien era una candidata doctoral en la Universidad de Pensilvania mientras realizaba el estudio, señaló que, “esto nos muestra los impactos potenciales de apuntar a ATF4 en tumores dependientes de MYC, algo que ya estamos estudiando. También estamos trabajando para confirmar que este enfoque no causará ningún efecto fuera del objetivo”.