La Universidad de Pensilvania ha quedado en medio de un vendaval político tras adelantar datos de una investigación que realiza en el grupo de diplomáticos que prestaban servicio en La Habana, Cuba y que fueron evacuados del país antillano debido a un supuesto ataque con armas sónicas.
En los ambientes científicos se suele recomendar prudencia a la hora de adelantar opiniones en relación a investigaciones en marcha y la recientes “conclusiones” aportadas por un equipo de UPenn ya fueron refutadas por científicos cubanos.
Asimismo en los medios se ha recordado que el misterioso ataque sónico del que fueron víctimas los internacionalistas, fue con un patrón vibratorio que dos entomólogos que participaron en una investigación científica, realizada en las universidades de Berkeley, en California, y de Lincoln, en Reino Unido, identificaron como “el canto del grillo de cola corta de las indias (anurogryllus celerinictus)”.
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La misteriosa ola de enfermedades, que empezaron a detectarse a finales de 2016, fue tratada por el Departamento de Estado desde el inicio como un “ataque sónico”.
El examen médico de las casi dos docenas de afectados, incluidos también algunos diplomáticos canadienses, produjo diagnósticos de conmoción o daño cerebral y se especuló con que podían haber sido atacados con sofisticadas armas que emitían sonidos o microondas.
Upenn en outside
De acuerdo a material de prensa recientemente divulgado, las últimas investigaciones médicas de los empleados de la embajada estadounidense en Cuba que presentaron malestares y dolencias como mareos, dolores de cabeza y zumbidos en los oídos, revelaron cambios estructurales en sus cerebros, pero no logran saber qué pasó.
Ragini Verma, experta en tomografías del cerebro para la Universidad de Pensilvania y la principal autora del estudio, dijo que las afecciones que vio son distintas a cualquier otra que haya visto en cerebros atrofiados por una enfermedad o una lesión.
“Es muy extraño, es un verdadero misterio médico”, afirmó la especialista.
Sin embargo, en los hallazgos publicados en el Journal of the American Medical Association (JAMA, por su sigla en inglés), Verma y sus colegas dijeron que no está claro si los patrones cerebrales se traducen directamente en problemas de salud significativos.
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“El artículo publicado hoy no modifica esta situación, por el contrario, la confirma”, dijo Johana Tablada, subdirectora general de la Dirección de Estados Unidos, del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba. “El artículo reconoce que los cambios detectados son mínimos, que sus conclusiones son inciertas y que no pueden identificar las causas de los mismos”.
Respuesta de La Habana
Científicos cubanos calificaron como poco riguroso y no concluyente el estudio publicado por la Universidad de Pensilvania (UPenn), que aprecia una supuesta pérdida de materia blanca cerebral en diplomáticos de EE.UU. afectados por misteriosos problemas de salud en La Habana.
“Los propios autores del trabajo reconocen que el estudio no es concluyente y no tienen explicación para sus hallazgos”, explicó en rueda de prensa el director del Centro de Neurociencias de Cuba, Mitchell Valdés.
El doctor, que pertenece a un grupo de científicos que estudia estos incidentes desde que se reportaran por primera vez en febrero de 2017, reconoció que no es usual comentar tan rápido una publicación científica, pero lo han hecho “debido a su repercusión mediática” y para “prevenir interpretaciones erróneas”.
Los científicos cubanos también argumentaron en su réplica que los cambios descritos por el estudio de la UPenn son pequeños, difusos y no se corresponden a un cuadro coherente, opinión que coincide con las primeras impresiones de otros expertos en neuroimágenes de varios países.