Cada día es asesinado un menor en Honduras, el segundo país con mayor tasa de homicidio del mundo. Según estimaciones de Unicef más de 500 mil niños hondureños no están escolarizados debido, en gran medida, a las amenazas de las pandillas que reclutan menores de manera forzosa.
“Únete a nosotros o muere”, es la oferta imposible de rechazar que decenas de niños enfrentan por parte de los pandilleros a diario, afirma el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
“Un niño menor de 18 años muere cada día en Honduras debido a la violencia”, dijo Henrietta Fore la directora ejecutiva de Unicef en un comunicado de prensa.
“Para un país que no está inmerso en un conflicto activo esta cifra es sobrecogedora”, añadió Fore al aportar datos sobre la nación con una tasa de 57 homicidios por cada 100 mil habitantes.
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El país con mayor tasa de homicidios es El Salvador, mientras que el segundo es Honduras y el tercero es Venezuela, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
“Abandonar la escuela es demasiado a menudo la única salida de los jóvenes para escapar de las amenazas de las pandillas, del acoso y del reclutamiento forzoso”, aseguro Fore en su más reciente visita al país que, junto con El Salvador y Guatemala, conforma una de las regiones más violentas del mundo: el llamado Triángulo Norte de Centroamérica.
Un niño muere en Honduras cada día. Para un país que no participa en una guerra activa la cifra es asombrosa.
Una educación de calidad y un fin a la violencia pueden ofrecer esperanza y mejores oportunidades para niños y niñas. #ENDViolence @unicefchiefhttps://t.co/nFFcBtfb0D— UNICEF Honduras (@unicefhonduras) April 3, 2019
Se estima que cada año unas 500 mil personas abandonan ese Triángulo cada año con destino a Estados Unidos, según los cálculos de Médicos Sin Fronteras.
Precisamente fue desde San Pedro Sula, la segunda ciudad de Honduras, desde donde salió a finales del año pasado la denominada “Caravana Migrante”, un enorme grupo de unos 5 mil centroamericanos que viajaban en masa hacia territorio estadounidense con el objetivo de escapar de la violencia y la miseria.
Dentro de ese colectivo de 5 mil personas, aproximadamente unos 1 mil eran menores de edad muchos de los cuales viajaban sin estar acompañados por sus tutores, según información proveída por las autoridades de la Ciudad de México en noviembre de 2018.
“Si me quedaba en Honduras, me mataban”, dijeron algunos de los inmigrantes que componían la caravana.