Generalmente el dinero es un termómetro en las campañas electorales. Una vacante en el Tribunal Supremo de PA. supera los $5 millones. Se trata de una elección fuera de año que entre otros busca a un magistrado para la alta Corte de Pensilvania.
El balance en los aportes tiene más peso del lado conservador. Allí está como opción Kevin Brobson. Por su parte la demócrata Maria McLaughlin es la opción demócrata. En la recolección está un millón de dólares atrás, sin embargo la vacante a lograr tenía espíritu progresista.
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El candidato republicano recibe dinero de interesados en impulsar alternativas en la escuela pública como las escuelas concentradas. Para eso está el dinero del multimillonario de los suburbios de Filadelfia Jeffrey Yass. Se ha convertido quizás en el mayor donante de los republicanos en Pensilvania. Ha gastado más de 1,7 millones de dólares para ayudar a Brobson.
Una vacante en el Tribunal Supremo
Los nuevos informes de financiación de la campaña contabilizan $5 millones. Es un acumulado cuando quedan menos de dos semanas para el día de las elecciones. La mayor parte, o aproximadamente 3 millones de dólares, se ha gastado para ayudar al republicano Kevin Brobson. Solo $2 millones se gastaron para ayudar a la demócrata Maria McLaughlin hasta el pasado lunes.
Han hecho de una vacante en el Tribunal Supremo un punto de honor partidista. Según la AP los informes aparece cunado anuncios de ataque están llegando a las ondas de ambos lados. Al pote conservador ha llegado dinero directo del partido. Han gastado más de $500.000 para ayudar a Brobson. Igual han hecho varias asociaciones empresariales.
Para McLaughlin, los sindicatos han aportado más de $900.000. El comité de acción política de la Asociación de Abogados Litigantes de Filadelfia ha dado casi esa misma cantidad. La padred Demócrata estatal ha aportado unos 300.000 dólares, según los informes.
El flujo de dinero
La nota escrita por Marc Levy para la agencia estadounidense destaca el flujo de dinero que ha tenido esta contienda. La cantidad gastada va mucho más allá de la última carrera en Pensilvania. El 2017 un asiento abierto en el alto tribunal logró un récord. Sin embargo sigue detrás de los principales gastadores en 2015.
Se cree que la cantidad gastada en el concurso antes de entonces podría superar fácilmente los $6 millones. Las elecciones son el 2 de noviembre. Las campañas reportan más de $1 millón
Brobson y McLaughlin compiten por una vacante en el Tribunal Supremo creada por la jubilación del juez Thomas Saylor. El alto tribunal está actualmente en manos de los demócratas, 5-2. Cualquier resultado no cambiará la mayoría partidista.
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Brobson, de 50 años, es de los suburbios de Harrisburg. Ha sido juez del Tribunal de la Commonwealth del estado durante más de una década. McLaughlin, de 55 años, pasó casi dos décadas como fiscal en Filadelfia. Fue elegido para el Tribunal Superior del estado hace tres años después de servir como juez de la ciudad de 2012 a 17.