Hay historias sorprendentes. Sucede que son muchos los casos de personas que suman importantes cantidades de inviernos en su haber y mantienen una salud excepcional.
Sin embargo la dinámica con un abuelo que supera las ocho décadas suele complicarse por la merma de ciertas “habilidades”.
Esas piedras sobre las que se fundaron las familias, que gozan la dicha de tener a un “mayorcito activo”, es desde todo punto de vista una bendición, pero hay ciertas previsiones que hay que guardar para poder conservar la vida de estos “terrible vieux”.
Es el caso de que algunos desean conducir sus automóviles sin importarle que su visión ya está mermada, las historias son numerosas. Hacen lo imposible para huir cual adolescentes en los vehículos y crean dolores de cabeza para sus familiares.
Son colosalmente divertidos al hacer rabietas porque los están tratando como niños y se resisten a quedarse en el hogar o a depender de otros: “que tienen sus propias vidas” y que “deberían vivirlas sin inmiscuirse en los asuntos de otros”.
El anecdotario de estos “viejos robles” es extenso y la industria cinematográfica los ha tomado en sus guiones debido a la energía que emanan a pesar de sus apariencias.
Este tema de la vitalidad, mezclada con la merma de algunas condiciones es una preocupación que impacta en el grupo familiar, no solo por las demandas de “emancipación del muchacho de 85 años”, sino porque en muchas oportunidades los parientes tienen agendas tan ocupadas que no pueden organizar un cronograma de custodia que ayude a “encausar” la vitalidad de la tercera edad.
Además, un anciano activo sin cuidados adecuados, puede llegar a deteriorarse con facilidad si no cuenta con las atenciones debidas.
Ellos requieren respetar una disciplina que implica horas de sueño adecuadas, consumo de alimentos saludables en horarios establecidos, acceso a suplementos vitamínicos de calidad y actividad física diaria que ayude a mantener enteras las raíces que mantienen en el suelo aferrados al goce de la vida a los longevos “ejemplares”.
En esta situación tenemos a hombres y mujeres quienes abrumados por las restricciones también pueden ser víctimas de depresiones, porque a veces el amor familiar “asfixia” y poco entiende del axioma “la vida es una sola”, sentencia que tiene una dimensión diferente cuando puedes ir al parque a diario caminando para echar una partida de ajedrez con tus amigos de 90 años.
Y es verdaderamente cierto que después de reír sin prudencia ante el nuevo amor de la abuela que conoció camino al “mall”, o sobre la nueva bicicleta que el abuelo adquirió para ir al supermercado, que nos damos cuenta que nuestras complicadas vidas dejan un espacio de desatención muy grande en el que cualquier cosa podría pasar.
Sin embargo siempre hay salidas y en el mundo de los emprendimientos la tarea de cuidar a los mayores se ha profesionalizado tanto, que existe la posibilidad de contratar servicios de tiempo completo o parciales, que brindan a los familiares la paz mental suficiente para solo llegar en la tardes a escuchar las nuevas historias de los mayores.
Puedes leer:El amor de la familia es importante en el cuidado de los ancianos
La asistencia en el ámbito geriátrico es un servicio profesional al que se puede acceder a través de empresas como All American Home Care, que dispone de personas capacitadas para ejercer tareas de asistencia a las actividades diarias, transporte, primeros auxilios, asesoramiento nutricional, evaluaciones médicas y apoyo personal para esas personas que no deseamos que estén solas mientras el resto de la familia está en sus actividades.
Conocer los servicios que presta es tan sencillo como visitar la página web de All American Home Care. También puedes acudir a su oficina en 3231 N 2nd Street, Filadelfia, PA 19140 o llamar al teléfono 215-531-7882.
Se trata de un servicio de acompañamiento que apoya a los mayores activos a seguir con sus rutinas, formas de vida que los han mantenido sanos por años y que no deberían abandonar debido a las restricciones de la edad.
Los servicios de acompañamiento profesional no solo facilitan la vida de los mayores activos, sino que van monitorizando cambios que tal vez la familia a tenor de sus ocupaciones no noten con facilidad, detalles que pueden ser informados para atender con prontitud eventos de potencialidad médica.
Vivimos en un planeta que se ha especializado en muchas direcciones y felizmente los mayores, con el auxilio de sus parientes, pueden ser insertados en estos programas de asistencias que los mantendrán contentos hasta el último de sus días.