La posibilidad de que los Estados Unidos sean infestados por las ideas del socialismo fue una alarma que en el seno del Congreso activo el presidente Donald Trump en ocasión de su discurso sobre el Estado de la Unión.
Uno de los más estelares momentos políticos de la nación fue utilizado este año por el Jefe de la Casa Blanca para mover hilos emocionales en el pueblo estadounidense, a quien ofreció acabar en el plazo de una década con “la epidemia del VIH”, una ley que prohíba el aborto en etapas tardías, lograr la paz con Afganistán y el levantamiento del muro fronterizo.
Además llamó a la oposición a trabajar con él para “romper décadas de estancamiento político, superar viejas divisiones” y gobernar “no como dos partidos, sino como una nación”.
Sin embargo su petición de colaboración no fue acompañada de alguna oferta nueva en las negociaciones sobre inmigración, cuando se tiene en ciernes otro cierre parcial de la Administración por falta de acuerdo respecto a la financiación del muro.
Además el llamado a la “unidad” estaba previamente respondido, con el “metamensaje” de las legisladoras demócratas que vistieron de blanco para enviarle un mensaje de contraposición al presidente Donald Trump.
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Y precisamente sobre el tema de la “unidad”, advirtió que existe “la posibilidad de se frene” lo que él mismo calificó como el “milagro económico” que vive el país, si prosiguen las “ridículas investigaciones partidistas” en su contra en alusión a la intensificación de las pesquisas que sobre manejo de dineros, empresas y obligaciones impositivas se refiere; además en torno a la trama rusa del fiscal Robert Mueller.
Resucitar viejos miedos
El presidente estadounidense, Donald Trump, tras encender una “alarma” por lo que él avizora son las “nuevas propuestas” para implantar el socialismo en Estados Unidos, evocó la atmósfera del añejo macartismo.
Trump con tórrido acento afirmó que “EE.UU. se fundó con libertad e independencia, no bajo la coerción, dominación y control del Gobierno, y seguiremos libres. Esta noche, renovamos nuestra determinación de que EE.UU. nunca será un país socialista”.
El tenor lapidario de las últimas frases levantó a la bancada republicana y algunos observadores aseguran provocó una amplia sonrisa sarcástica de la representante por el distrito 14 de Nueva York, Alexandria Ocasio-Cortez, que ha sido duramente criticada por sus ideas socialistas.
Precisamente la legisladora de Nueva York, al igual que dos parlamentarias más, usó la noche del discurso un “pin” con una foto de Jakelin Caal Maquín, la niña guatemalteca que falleció en diciembre pasado bajo custodia de la Patrulla Fronteriza de su país tras haber cruzado la frontera.
Trump criticó el socialismo y usó como ilustración la “brutalidad” del Gobierno del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y recordó que fue precisamente su administración la primera en reconocer como mandatario encargado de ese país a Juan Guaidó, jefe de la Asamblea Nacional.
Uno de los miedos que tiene en tensión a los republicanos está basado en una tentativa legislativa que busca crear en los Estados Unidos un sistema de “sanidad pública universal”, al igual que lo tiene el Reino Unido, Noruega o Australia. Desde entonces la Casa Blanca elaboró un informe en el que alertó de que el socialismo está viviendo un regreso al discurso político estadounidense y criticó sus efectos económicos.
La paz en Afganistán
El presidente Trump, quien tiene un frente de “guerra comercial” con China, tensiones referidas al tema armamentista con Rusia, conversaciones pendientes con Corea del Norte, riñas internas por el tema sirio y quien no abandonará Irak para poder vigilar a los “peligros que pueden venir de Irán, prometió en su discurso sobre el Estado de la Unión hacer la paz con Afganistán.
“Ha llegado la hora” de intentar la paz en Afganistán después de dos décadas de guerra, precisó Trump, no sabemos si lograremos un acuerdo, pero sí sabemos que después de dos décadas de guerra, ha llegado la hora de al menos intentar la paz”.
Trump recordó que el mes pasado las fuerzas estadounidenses mataron a uno de los supuestos autores del ataque contra el buque de la Marina estadounidense USS Cole en el Yemen en el año 2000, que acabó con la vida de 17 soldados.
“Es un honor para nosotros que nos acompañe esta noche Tom Wibberley, cuyo hijo, Navy Seaman Craig Wibberley, fue uno de los 17 marineros que perdimos trágicamente”, dijo Trump entre aplausos.
“Tom: prometemos recordar siempre a los héroes del USS Cole”, aseguró.
“Por encima de todo, amigos y enemigos nunca deben dudar del poder y la voluntad de esta nación para defender a nuestro pueblo”, concluyó el presidente.