Curiosamente es una palabra rusa que describe a una carroza tirada por tres caballos la usada para definir las ahora agónicas existencias de los gobiernos de Nicaragua y Venezuela, de las que Cuba lleva las riendas: La troika del mal.
Y es precisamente a este triunvirato al que Trump le ha girado el reloj de arena tras prometer a la comunidad latinoamericana radicada en Miami “que se acerca el día en que todo el continente americano será libre por primera vez en la historia”.
Donald Trump está esperanzado y proyecta sus ánimos a seguidores, en su mayoría venezolanos, a quienes recientemente dijo desde Miami que se acerca el día “en que derrotaremos las tiranías de Venezuela, Cuba y Nicaragua”.
Este es el espacio geopolítico de mayor tensión para Caracas y escenario que podría tener un efecto dominó impulsado por la imposición de Washington para buscar cambios probables en Venezuela y Nicaragua, pero que requeriría un esfuerzo superior para demoler 60 años de revolución cubana.
Durante un encuentro con la comunidad venezolana radicada en la populosa ciudad de Florida, el presidente Trump, precisó que había ido “a proclamar que un nuevo día llega a América Latina. En Venezuela y en todo el hemisferio el socialismo está muriendo y la democracia, la libertad y la prosperidad renacen”.
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Residentes, exiliados y hasta ilegales venezolanos que no cruzan desiertos sino que arriban en avión, se concentraron para hacer vítores a las palabras de Donald Trump sobre un suelo que tiene en su historia un par de recuentos de votos presidenciales que han desvelado su ADN conservador.
Trump reiteró su apoyo a la causa de la libertad en Venezuela y al presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, al que reconoce desde el 23 de enero como presidente encargado de ese país, y subrayó que esa causa está “ganando en todos los frentes”.
Además, se dirigió a los militares y los funcionarios que aún apoyan al régimen de Nicolás Maduro, al que calificó de “marioneta de Cuba”, para decirles que “los ojos del mundo entero” están puestos sobre ellos y deben aceptar la oferta de amnistía de Guaidó.
“Buscamos una transición pacífica, pero todas las opciones siguen sobre la mesa”, advirtió Trump en uno de los momentos más aplaudidos de su intervención, que estuvo precedida por unas breves palabras de Guaidó por videoconferencia.
Las sombras del socialismo
El presidente de los Estados Unidos, quien desde el discurso del Estado de la Unión, advirtió que está en una dura lucha contra el socialismo a lo interno de su país, recreó para la audiencia lo pernicioso de esa ideología socioeconómica y mostró como ejemplo a lo que ocurre en Venezuela, un país “hecho una ruina” por “la desacreditada ideología” socialista que siempre lleva a “la tiranía”, y lo que sucede en Cuba y Nicaragua, y dijo que también el futuro de los tres países está ligado.
“Las horas crepusculares del socialismo están llegando”, subrayó Trump, quien aseguró que Estados Unidos nunca va a ser socialista.
Al menos la audiencia venezolana está de acuerdo con casi toda la totalidad del discurso del Jefe de la Casa Blanca, pero siente reparos al solo oír la palabra amnistía como vía para que el apoye militar deje solo a Maduro y se inicie un proceso de cambio.
Trump en su intervención en Miami dijo que para los que apoyan a Maduro es preferible “ver morir” y en tono coercitivo indicó que su administración “sabe quiénes son y dónde tienen guardados los miles de millones de dólares que han robado”.
La oportunidad de la amnistía es una situación mal vista por un sector del exilio venezolano, que prefiere una intervención armada para poder apresar a los responsables de la situación en su país para así poderlos llevar a tribunales internacionales por delitos de lesa humanidad.