Después de dejar lisiado a un inmigrante guatemalteco, quien hizo saber a la corte que requiere terapia física y no tiene dinero para pagarla, un juzgado de Tucson sentenció a tres años de libertad vigilada al ex agente de la Patrulla Fronteriza que ocasionó las lesiones al centroamericano.
Si bien es cierto que entrar de manera ilegal a cualquier país constituye un delito, también es verdad que no hay justificación para ajusticiar de manera sumaria a quien lo haga, ya sea abriendo fuego con un arma, utilizando objetos contundentes para detenerlos o atropellándoles con el auto que sirve para vigilar la línea limítrofe.
Esta desproporción también podría apreciarse en la decisión del juez Thomas Ferrano en Arizona, quien dictó sentencia contra el exagente Matthew S. Bowen después de escuchar un testimonio presentado por la Fiscalía, en el que el inmigrante guatemalteco, Antolín Roland López- Aguilar, pidió que el exagente fuera sentenciado con pena de cárcel.
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Todas las pruebas presentadas por la fiscalía indican que el ex patrullero golpeó intencionalmente en 2017 con un vehículo oficial a un inmigrante guatemalteco y tras lo reprobable de sus actos fue sentenciado a tres años de libertad supervisada en la corte federal en Tucson, (Arizona).
El que fuera inmigrante ilegal por unos instantes López-Aguilar, quien ya no se encuentra en Estados Unidos, envió a la corte un mensaje mediante una carta en la que indicó que aun requiere de terapia física por los golpes recibidos, pero que no tiene dinero para pagar este tratamiento en su país.
Estos eventos que tienen este desenlace tan suavizado, ocurrieron el 3 de diciembre del 2017 en la ciudad fronteriza de Nogales, Arizona.
El guatemalteco fue descubierto por una cámara de vigilancia al tratar de cruzar la frontera de manera ilegal.
El agente Bowen llegó al lugar para detenerlo, pero el migrante corrió a territorio mexicano hasta que el exguardafrontera lo impactó con su auto oficial.
Documentos oficiales presentados en el Tribunal de Distrito de Tucson, Arizona, en mayo pasado, revelaron que Bowen envió por su teléfono mensajes de texto en los que calificaba a los inmigrantes de “salvajes”, “infrahumanos” y “frijoleros”.
Bowen envió los mensajes dos semanas antes de que le acusaran de golpear al inmigrante guatemalteco de manera intencional con un vehículo, por lo que el caso alcanzó connotación nacional.
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Bowen también mintió en su informe inicial con un memorando al jefe de la Patrulla Fronteriza Sector Tucson, donde afirmó que nunca había tenido la intención de “golpear, asustar o tener contacto” con el inmigrante.
El juez dijo al agente que para él sería fácil sentenciarlo a seis meses de prisión, pero que esto pasaría rápido y todo terminaría; sin embargo, anotó, ahora deberá estar pensando en sus acciones durante los próximos tres años.
En agosto, Bowen llegó a un acuerdo con la Fiscalía para reducir los cargos que se le imputaban declarándose culpable de intencionalmente utilizar su patrulla para golpear al inmigrante.