El colapso de un tramo de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México acontecido en horas de la noche del pasado lunes 3 de mayo, que hasta ahora deja saldo de 25 muertos y 79 heridos, ha signado una larga jornada en esta nación que ha transcurrido en medio de tristeza, intranquilidad y demanda de justicia.
Esta tragedia que ha conmocionado al país y por la que el Gobierno ha decretado tres días de duelo oficial, es la más grande que se recuerda en la capital azteca desde el terremoto del 19 de septiembre de 2017.
“Ya viajábamos con miedo, pero ahora más”, comenta Brenda una obrera en una fábrica de zapatos a la agencia de noticias AFP en el metro de Ciudad de México, un día después de que 25 personas fallecieran tras colapsar un tramo elevado por donde pasan los vagones.
“Dicen que le dan mantenimiento, pero a mí se me hace que no, se me hace que los cinco pesos que pagamos por viaje se los roban“, acta con indignación la mujer en la estación Candelaria, adyacente al centro histórico.
Brenda, de 30 años de edad, dice que todavía está impactada por las imágenes de los rescatistas intentando de sacar a los pasajeros de los vagones que quedaron colgados del viaducto a más de 10 metros de altura, luego que una viga de un puente elevado de la Línea 12 se desplomara entre la estaciones Olivos y Tezonco provocando la caída de un tren. Además, la estructura derrumbada cayó encima de automóviles que circulaban por la calle.
Según el último reporte de la Fiscalía de la capital mexicana, solo 10 de los 25 fallecidos habían sido identificados.
Tragedia anunciada
Según un estudio de 2014 encargado por la alcaldía de Ciudad de México, la Línea donde ocurrió el accidente presentaba problemas en el diseño, operación y mantenimiento de las vías, al igual que el resto de la red del metro que también tiene muchos problemas de seguridad.
En enero de este año un incendio en las instalaciones de control del Metro dejó una persona muerta y 29 intoxicadas, y en marzo de 2020 dos trenes chocaron en el interior de una estación dejando un saldo de un fallecido y 41 lesionados.
El sistema Metro es el principal medio de transporte de la capital mexicana y su área metropolitana habitada por unas 20 millones de personas. Sin embargo, las quejas de usuarios sobre la ausencia de mantenimiento es algo recurrente y común desde hace años.
Fernando Domínguez, un guardia privado de 42 años asiduo usuario del Metro asegura que cada vez que aborda un vagón, tiene miedo de sufrir un accidente.
“Hace más de 10 años que uso esta misma línea para ir al trabajo y nunca he visto a nadie dándole mantenimiento a nada, y justo en este pedazo se cimbra todo, como si se fuera a caer”, relata Domínguez.
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Mal desde el principio
La Línea 12 del Metro de Ciudad de México fue inaugurada en octubre del 2012 por el entonces alcalde y actual canciller, Marcelo Ebrard. Su construcción ha estado en el centro de la polémica desde el inicio cuando hubo un sustancial aumento del costo final de la obra por unos 27.000 millones de pesos (aproximadamente $1.700 millones de la época).
En 2013 salieron a la luz algunas fallas en la obra y ya para marzo 2014 se suspendió el servicio de 11 de las 20 estaciones del Metro luego que se detectaran problemas como desniveles, alta vibración o desgaste de las vías.
El servicio se recuperó por completo a finales de 2015, pero después del terremoto de 2017 la estructura quedó comprometida y los vecinos denunciaron grietas en partes de la vía elevada.
Ante la generalizada indignación por el derrumbe de una línea que desde hace varios años ha sido criticada y denunciada por corrupción y mal mantenimiento, la alcaldesa de la capital, Claudia Sheinbaum, prometió una “revisión muy detallada” así como un peritaje externo contratado a la empresa noruega Det Norske Veritas “para llegar al fondo de lo que pasó”.