Estrellas y celebridades internacionales se congregaron la noche del lunes en la gala del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York o Met Gala. Dos de sus ediciones fueron canceladas por la pandemia, pero esta icónica fiesta regresó.
El tema de este año era «Gilded Glamour», en alusión a la denominada «Gilded Age», la época dorada estadounidense de finales del siglo XIX (1870-1890).
Quien se llevó las miradas de la velada fue sin duda la actriz y copresentadora Blake Livel. Se presentó con un vestido de cuentas de Versace con un enorme lazo de satén que se desplegaba para revelar una cola azul claro.
La actriz, cuyo esposo, el actor Ryan Reynolds, llevaba un esmoquin de terciopelo marrón, describió el vestido como un «homenaje» a la arquitectura de la ciudad de Nueva York, incluyendo la Estatua de la Libertad y el Empire State Building.
La Estatua de la Libertad era en un principio de color bronce, como el vestido de Blake cuando pisó la alfombra del Met Gala; luego por un proceso de oxidación la estatua cambió a turquesa, el color que reveló el vestido de Blake luego de quitar su lazo de satén. La corona de la actriz, hecha por Lorraine Schwartz tiene 7 picos, como la que tiene la estatua. Esto hace referencia a los siete mares y continentes, representando así, la inclusión.
La falda tenía unos detalles bordados que representaban a las 12 constelaciones de Grand Central Terminal, ubicadas en el techo del vestíbulo principal de esta estación.

Invitados secretos
La lista de 400 estrellas de la moda, la música, el cine, la política y de los negocios, especialmente estadounidenses, fue resguardada hasta el último momento e incluye a personalidades como Beyoncé, Billie Eilish, Justin Bieber, Olivia Rodrigo y Glenn Close.
El hombre más rico del mundo, Elon Musk, prometió en la alfombra hacer de Twitter la red social «más inclusiva posible», mientras que Hillary Clinton alabó el «espíritu de Estados Unidos» que irradiaba la gala.

La eterna directora general de Vogue, Anna Wintour, brilló en un vestido Chanel. Ella valida las invitaciones a la gala.
El ticket para la prestigiosa gala es costoso: 35.000 dólares por un puesto en la cena, de 200.000 a 300.000 dólares vale la mesa pagada, según cifras no oficiales de 2021. Un total estimado de 16 millones de dólares.
Para la edición de 2021, postergada de mayo a septiembre de ese año debido a la emergencia sanitaria luego de una cancelación total en 2020, el espectáculo estuvo a cargo de Billie Eilish, transformada en Marylin Monroe con cabello rubio platinado y un vestido color melocotón con cola de Oscar de la Renta.
La gala también fue ocasión para la política. El alcalde de Nueva York, Eric Adams, arribó con una adornada chaqueta que dejaba ver en su espalda su eslogan de campaña «Fin a la violencia armada», en una ciudad azotada por la criminalidad.
El evento tiene lugar en momentos en que periodistas y editores de Vogue y otros del grupo de publicaciones internacionales Condé Nast (como GQ, Vanity Fair y Glamour) lanzaron un movimiento para crear un sindicato, que recordaron en las redes sociales con la frase «Met Gala 2022 la noche más larga de los trabajadores» sobre una portada de Vogue.
Atuendos históricos
Sobre la alfombra roja, se vieron menos excentricidades en comparación con los años anteriores. Kim Kardashian, quien apareció vestida completamente de negro, incluso cubriendo su rostro, en septiembre pasado, cerró el espectáculo con el cabello platinado y recogido, lució un vestido beige brillante, emulando el que vistió Marilyn Monroe en su célebre canción «Happy Birthday Mr. President», en vísperas del 60 aniversario de la muerte del ícono mundial.
La velada en sí tiene como coanfitriones a un cuarteto de estrellas: la pareja de actores Blake Lively y Ryan Reynolds, la actriz ganadora del Óscar Regina King y el comediante y músico Lin-Manuel Miranda.
Entre las celebridades hispanas que asistieron estuvieron Anitta, Ariana DeBose, Rosalía, Bad Bunny, J Balvin, Eiza Gonzalez, Camila Cabello y Oscar Isaac.

Rosalía apostó por un diseño de Matthew M. Williams para Givenchy que culminó con la incorporación de unas llamativas gafas de sol futuristas en las que se intuía un guiño a su recién publicado tercer álbum, Motomami. La cantante y actriz Camila Cabello llevó un vestido de materiales reciclados en blanco con ornamentos florales de Prabal Gurung.