El gobernador de Texas, Greg Abbott, ordenó a los hospitales públicos del estado recopilar información sobre el costo de los cuidados médicos a los inmigrantes que no tienen un estatus legal en Estados Unidos.
En una orden ejecutiva firmada el 8 de agosto, Abbott exigió a los centros de salud que produzcan informes con los datos que recaben y los presenten en marzo de 2025.
Se les solicitó recolectar información sobre el número de pacientes sin un estatus migratorio que son hospitalizados y atendidos en visitas de emergencia al igual que el costo de los servicios que se les entregan.
La finalidad de esta orden ejecutiva, según refirió el gobernador en un comunicado, es buscar obtener un “reembolso” por parte de la Administración Biden de los gastos en los que Texas haya incurrido para “apoyar el cuidado médico” de los inmigrantes indocumentados.
“Haremos que el Gobierno Biden-Harris se haga responsable por las consecuencias de sus políticas de fronteras abiertas”, dijo Abbott.
Aún no está claro cómo se implementaría esta normativa, pues de acuerdo al propio Departamento de Salud y Servicios Humanos de Texas, los profesionales de la salud no deben preguntar a sus pacientes por su estatus migratorio.
La orden ejecutiva incluye un apartado donde se exige a hospitales informar a los pacientes que la respuesta a las preguntas sobre su estatus migratorio “no afectarán el cuidado” que reciban.
En los últimos años, Abbott ha liderado una batalla mediática y política en contra del Gobierno Biden, al que acusa de crear una “crisis” en la frontera sur del país.
Entre las medidas que el republicano ha tomado está instalar decenas de kilómetros de concertina de alambre de púas en el territorio fronterizo, al igual que aumentar la presencia militar en la zona con efectivos de la Guardia Nacional.
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Por su parte, la Casa Blanca ha implementado múltiples normas restrictivas para controlar la migración, la más reciente de ellas prohíbe que la mayoría de las personas que crucen de manera irregular hacia Estados Unidos puedan pedir asilo.
Como consecuencia de esto, la cantidad de detenciones en la frontera con México ha disminuido drásticamente, alcanzando en el mes de julio la cifra más baja en más de tres años, según medios de comunicación estadounidenses.