Donald Trump y su equipo de texanos no pudieron revertir los resultados de las elecciones presidenciales en las que resultó ganador el demócrata Joe Biden. Las esperanzas que el neoyorquino tenía en el andamio judicial que colocó en lo más alto de la pirámide legal no lo ha ayudado.
La demanda presentada el martes por la noche fue respondida el viernes por la Corte Suprema de Justicia de EEUU. El recurso legal buscaba revertir la victoria de Joe Biden en cuatro estados clave en la votación del 3 de noviembre. Los republicanos deseaban deshacer los triunfos en Michigan, Georgia, Pensilvania y Wisconsin. El rechazo fue la respuesta ofrecida por el máximo órgano de justicia del país.
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Detalles sobre esta información se conocieron a través de una nota periodística de AFP. De acuerdo a su relato el dictamen fue unánime. La sentencia fue respaldada por los nueve integrantes del Tribunal Supremo. Incluidos los tres designados por el presidente republicano.
La corte concluyó que Texas no tenía derecho a interferir en la organización de elecciones en otros estados.
Texanos no pudieron
Dana Nessel, la procuradora general de Michigan, expresó en relación a la sentencia su opinión por Twitter. “La decisión del tribunal es un recordatorio importante de que somos una nación de leyes. Y aunque algunos pueden ceder al deseo de una sola persona, los tribunales no lo harán”, tuiteó.
El portavoz de Biden, Mike Gwin, dijo que el fallo “no fue una sorpresa”. “Docenas de jueces, funcionarios electorales de ambos partidos y el propio fiscal general de Trump han desestimado sus intentos infundados de negar que perdió las elecciones”, subrayó.
En conclusión los texanos no pudieron. La demanda había sido vista como audaz y apenas legalmente sólida. Solo con la evidente “grieta” dado que ningún estado tiene derecho a interferir en los procesos de votación de otro.
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Aun así, contó con el respaldo de 106 legisladores republicanos y 17 fiscales generales estatales.
Texas alegó que los resultados en esos otros cuatro estados eran “inconstitucionales” debido al masivo voto por correo por la pandemia de COVID-19, una modalidad que las autoridades del estado sureño consideraron “propensa al fraude”.
Sin embargo, no brindaron pruebas de fraude significativo ni impugnaron el uso de boletas por correo en los estados en que ganó Trump.