Al menos en el estado de Pensilvania, el castigo de aislamiento en una cárcel del estado dura 13 días continuos, involucra 23 horas de soledad diaria, con una hora en la que el reo tendrán que decidir cómo invertir cada minuto para ducharse, cambiar la ropa, ver televisión o estar en el patio exterior antes de volver a estar prácticamente emparedado.
En el segundo estado de la Unión se está tomando conciencia de la peligrosidad de este tipo de castigo y está dando pequeños pasos para cambiar las cosas. Departamento de Prisiones de Filadelfia está gastando US$2 millones en el transcurso del año para ofrecer un programa de terapia fuera de la celda para los reclusos en segregación.
Bruce Herdman, director médico de la cárcel, dijo que “nos preocupaba el efecto de la segregación en la salud mental de las personas con enfermedades mentales”. Debido a esta situación Centurion Health, una empresa privada que presta servicios de salud, ha diseñado una terapia para reducir los aislamientos y eventualmente desaparecer el castigo.
Dana Killingsworth, psicóloga de la institución, dijo que con el nuevo programa, los que están en segregación reciben dos horas extras fuera de la celda de lunes a viernes. La primera hora es una sesión de terapia de grupo enfocada en el pensamiento criminal, habilidades de relación, habilidades de comunicación y pensamiento crítico.
“Cosas para ayudarles a no volver a la cárcel”, dijo. “O si regresan, no para ir a la segregación.” La segunda hora se dedica a una actividad que está diseñada para reforzar algunas de las habilidades que se adquirieron en la primera hora.