Todos los amantes del tenis pensaban que el Abierto de Australia, el primer Grand Slam de la temporada, tendría como protagonista al número 1 del mundo, el serbio Novak Djokovic.
Y no se equivocaron porque desde hace unos cuantos días la participación del tenista se ha convertido en un asunto de Estado y en una diatriba diplomática.
La novela comenzó cuando Nole (como apodan a Djokovic) publicó una foto con un montón de maletas para indicar su viaje a Melbourne. Esa imagen a la larga se convertiría en su maldición. El serbio, un conocido antivacunas y negacionista, aseguró que el gobierno australiano le había otorgado una exención médica para poder jugar.
De inmediato en las redes sociales estallaron las críticas. Los internautas consideraban que Nole tiene privilegios que a ellos les niegan. Pero al llegar al país oceánico le revocaron la visa y sus abogados apelaron. La Fuerza Fronteriza de Australia comunicó que la estrella serbia “no había presentado las pruebas apropiadas para cumplir los requisitos de entrada”, por lo que cancelaron su visado.
Nole fue recluido en un hotel de migración mientras se resolvía el asunto. Obtuvo una exención de vacunación después de dar positivo a COVID el 16 de diciembre, aseguraron sus abogados.
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Sin embargo, Djokovic divulgó el 17 de diciembre en su cuenta de Twitter otras fotos suyas. En ellas se mostraba mientras participaba en actos públicos, rodeado de niños y sin tapabocas, lo que desdice su coartada.
“Novak Djokovic no está vacunado contra el COVID-19″ y su batalla legal para permanecer en el país está condenada al fracaso”, sostendría el gobierno australiano. Las autoridades migratorias del país oceánico señalan que las personas no vacunadas tienen más probabilidades de infectar a otras. En el Open de Australia hay muchos millones en patrocinios y en premios.
¿Un modelo social?
Nole quien ha ganado un récord de 20 títulos de Grand Slam, es una figura polarizante. Donde quiera que llegue encuentra aplausos o un público hostil. Ahora en las redes sociales se le critica porque los deportistas deben ser vistos como modelos sociales que deben dar el ejemplo.
Un juez federal consideró que no había razones suficientes para denegar el visado del serbio y al salir del recinto donde se encontraba estallaron las protestas.
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Los australianos han tenido que soportar algunas de las restricciones más estrictas del mundo. Muchos que todavía no pueden viajar ni visitar a sus familiares interpretaron la situación como si se le estuviera dando a Djokovic un trato especial. Para otros es un héroe antivacunas.
Lo cierto es que su caso ha provocado gran indignación en Australia y generado controversia en todo el mundo. Durante su estadía en el centro de migración, Djokovic solicitó ciertas atenciones especiales.
Sus peticiones fueron rechazadas. Es un ciudadano que no amerita atenciones especiales ni privilegios adicionales, alegaron las autoridades migratorias.
Finalmente el 10 de enero un juez anuló la decisión del gobierno australiano de cancelar visado del serbio por el asunto de la vacuna.