El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, mejor conocido como T-MEC, es una pieza de alianza estratégica que ha sido valorada por Trump como “buena para los Estados Unidos”, sin embargo los demócratas en la Cámara de Representantes no piensan igual y se niegan a darle el visto bueno.
Nancy Pelosi, la demócrata presidenta de la Cámara Baja de EE.UU., advirtió que el Congreso no votará sobre el último acuerdo comercial hasta que México apruebe una reforma laboral.
Más allá de este puntual escenario, los demócratas de la Cámara Baja han mostrado su interés en cambiar disposiciones del acuerdo trilateral, principalmente las vinculadas con estándares laborales y ambientales.
Pelosi hizo saber a la prensa que coincide con sus colegas progresistas y avisó de que se deben hacer cambios en el texto del tratado para garantizar que sea “ejecutable”.
Asimismo, vaticinó que “tomará algo de tiempo” para que el T-MEC sea votado en la Cámara Baja, donde es ella quién decide los proyectos de ley que se someten a debate.
Maltrato a los mexicanos
En lo concreto y como punto inicial “tenemos que ver que México apruebe la legislación, que tienen los factores establecidos que garantizarán su implementación y demostrarán algunos compromisos con sinceridad, porque es un gran problema cómo se trata a los trabajadores en México”, señaló Pelosi en una entrevista con el diario Politico.
Así, la representante demócrata por California aseveró que México debe aprobar las reformas a la legislación laboral requeridas en virtud del pacto surgido de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) antes de que el Congreso de EE.UU. valore el acuerdo.
Mientras tanto la Casa Blanca espera que el Legislativo dé luz verde al pacto antes de agosto, cuando ambas Cámaras entran en receso.
México muy diplomático
Esta semana con una línea proactiva se han manifestado los nuevos cónsules generales de México destinados a Estados Unidos se comprometieron a trabajar para facilitar la aprobación del tratado comercial T-MEC en las cámaras estadounidenses y a defender a los migrantes mexicanos en el país vecino.
“Vamos a acompañar el proceso de ratificación legislativa del T-MEC, entre México, Estados Unidos y Canadá, que se encuentra en curso”, dijo en rueda de prensa en nuevo cónsul general de México en Nueva York, Jorge Islas.
El diplomático se marcó como objetivo dar “información precisa” a los diferentes actores importantes que tienen influencia en la Cámara de Representantes y en el Senado estadounidense para aclarar “la posición del Estado mexicano” sobre el tratado comercial.
Ahora, tanto Trump como sus principales asesores, incluyendo el representante de Comercio Exterior de Estados Unidos, Robert Lighthizer, se han negado hasta el momento a cancelar los gravámenes hasta que ambos países México acepten cuotas sobre sus exportaciones de metales.
La Administración del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha anunciado que planea aprobar la legislación necesaria para ratificar el acuerdo antes de que su Congreso entre en receso a fines de abril.
Por otro lado, uno de los senadores republicanos más influyentes, Chuck Grassley, aconsejó la semana pasada a Trump que suspenda los aranceles al acero y al aluminio impuesto a Canadá y México como condición previa para que el Congreso vote la ratificación del T-MEC.