La rebelión del futbol europeo duró poco. Transcurridas un poco más de 48 horas desde el momento del anuncio de su creación, la Superliga que había sido fundada por 12 de los equipos más poderosos de Europa simplemente se desvaneció. Luego de la renuncia de los seis clubes ingleses, los tres italianos y la del Atlético de Madrid la nueva liga se esfumó ante el mutismo de los españoles Real Madrid y Barcelona.
El último pronunciamiento en la cascada de desertores del proyecto lo hizo el Juventus de Turín. El club de Andrea Agnelli, quien fungía como vicepresidente de la Superliga, admitió que su cambio obedece al contexto actual, “pese a seguir convencido del valor deportivo, comercial y legal del proyecto”.
El equipo turinés opina que la Superliga en la actualidad tiene “reducidas posibilidades de ser llevada a cabo en el formato en el que se había pensado” y refiere que las diligencias necesarias previstas por el acuerdo entre los clubes todavía no han sido completadas.
La decisión de renuncia de los tres equipos italianos, ocurridas este miércoles 21 de abril, se estrelló contra la firmeza que la Superliga conservó horas antes cuando los clubes ingleses anunciaron su decisión de abandonar la iniciativa.
Entonces el grupo que se había reducido a seis equipos aseguró que continuaría adelante con el proyecto y manifestó su disposición a reconfigurar el plan con el propósito “de ofrecer a los aficionados la mejor experiencia posible” y favorecer “los pagos solidarios para toda la comunidad futbolística”.
Desde el punto de vista de los promotores del proyecto la partida de los ingleses Manchester United, Manchester City, Liverpool, Chelsea, Arsenal y Tottenham Hostpur, obedeció a la presión que habían ejercido sobre dichos clubes. También pensaron que quizá, al margen de los rechazos oficiales de la UEFA, la FIFA, las ligas, las federaciones y la Comisión Europea, los equipos involucrados no tenían la esperanza de que los aficionados salieran a la calle a protestar por este nuevo modelo, menos aún en tiempos de pandemia.
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La voz más fuerte en este episodio del mundo deportivo ha sido la de los hinchas ingleses que fueron apoyados por el Gobierno, la realeza y otras voces como la de Josep Guardiola (técnico del Manchester City), quienes se manifestaron en defensa del mérito deportivo y se han unido en contra de una liga cerrada como entienden sus detractores, frente al concepto de abierta que propugnan sus impulsores.
Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA, aseguró que Andrea Agnelli (Juventus) y Florentino Pérez (Real Madrid) desde hace años “cocinaban” esta idea que decidieron hacer pública unas horas antes de la formalización del cambio de formato de sus competiciones a partir de 2024 y se anunciara la revisión y flexibilización su sistema de juego.
Ceferin aplaudió a los que “corrigieron” su error y “han vuelto al redil” y espera nuevos gestos. “Lo importante ahora es que sigamos adelante, reconstruyamos la unidad de la que gozaba el juego antes de este episodio y avancemos juntos”.