Científicos del Hospital Universitario de Berna (Inselspital) en Suiza aseguraron este lunes que una vacuna contra el nuevo coronavirus podría estar lista para su utilización en este país en octubre del presente año.
“Esta será la primera o una de las primeras vacunas” para frenar la pandemia de la COVID-19, dijo el jefe del Departamento de Inmunología del Inselspital, Martin Bachmann, quien dirige los trabajos de investigación de la vacuna que actualmente se encuentran en la etapa de pruebas de eficacia y seguridad.
El especialista aseguró que existen “posibilidades reales” de empezar una vacunación masiva de la población suiza en octubre próximo, un plazo mucho más corto que el de 12 a 18 meses en base al cual trabajan expertos y compañías del sector farmacéutico.
Bachmann precisó que en las investigaciones que dirige también colaboran instituciones científicas del Reino Unido, Letonia y China, así como la Universidad de Zúrich, y que la indagación se encuentra en una fase en la que se han resuelto problemas que harán posible pasar a los ensayos clínicos con personas en agosto y a una comercialización de la vacuna dos meses después.
La tecnología que se ha elegido genera una alta inmunogenicidad, lo que la hace apropiada para las personas mayores, no tiene contraindicaciones para quienes sufren de enfermedades crónicas y es muy productiva porque a partir de una pequeña cantidad de vacuna se podrían producir hasta 20 millones de dosis, explicó el científico en una conferencia de prensa virtual desde Berna.
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Sobre la seguridad que ofrece la vacuna, Bachmann afirmó que “todo lo estamos haciendo de conformidad con los estándares, pero de forma acelerada” y añadió que siguen las directivas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El especialista sostuvo que lo más probable es que las vacunas que se utilicen contra el coronavirus ofrezcan una protección a largo plazo y no sea necesario renovarlas cada año, como en el caso de la gripe.
Ello se debe a que el SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, es un virus “estable” y no se han encontrado razones para pensar que es susceptible a mutaciones a corto plazo, por lo que una eventual vacuna probablemente no proteja para toda la vida, pero sí por un periodo de 10 ó 15 años.
El equipo de Bachmann trabaja con Saiba, una compañía biotecnológica especializada en vacunas que se ocupa de las cuestiones relativas a regulaciones y financiación de este proyecto, que correría en parte a cargo de una fundación de la Universidad de Zúrich.
Sobre el proceso de investigación y desarrollo, el director operativo de Saiba, Gary Jennings, indicó que hay conversaciones con las farmacéuticas suizas Novartis y Lonza en relación a la futura producción de la vacuna.
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