Utilizar un poderoso cohete Falcon Heavy para colocar un satélite de comunicaciones en una órbita geosincrónica y en la operación recuperar los tres motores que dieron propulsión a la nave, es un “éxito anunciado” de la compañía estadounidense SpaceX.
El aterrizaje en Cabo Cañaveral (Florida) de los tres propulsores supone un nuevo peldaño en la trayectoria de la firma, propiedad del magnate Elon Musk, que tiene como política reutilizar los cohetes a fin de reducir el costo de los viajes espaciales.
SpaceX la empresa que desarrolló el Falcon Heavy también ha desarrollado la nave espacial Dragon que fue puesta en órbita por los vehículos de lanzamiento Falcon 9. La corporación con sede en California también se encuentra desarrollando el BFR o Star Ship, una nave que planea usar para enviar colonias de humanos en futuras misiones a Marte.
El Arabsat 6ª en órbita
El éxito de la compañía estadounidense SpaceX ha sido rotundo. La semana pasada desde Cabo Cañaveral cumplió con tino su primera misión comercial al poner en órbita el satélite de comunicaciones Arabsat 6A.
De acuerdo a las crónicas de las agencias que abordan el tema aeroespacial, el cohete operativo más potente del planeta despegó a las 6:35 de la tarde, hora local (22.35 GMT) desde la histórica plataforma 39A del Centro Espacial Kennedy, la misma del lanzamiento de las misiones lunares del programa Apolo, y logró recuperar por primera vez los tres cohetes Falcon 9 que componen el artefacto.
Durante una ansiosa espera que duró menos de ocho minutos después de despegar, los dos propulsores laterales retornaron a tierra en una explanada de la Fuerza Aérea estadounidense en el complejo de Cabo Cañaveral, mientras que el central hizo lo propio un minuto después en una plataforma colocada en el Océano Atlántico.
El aterrizaje de los tres propulsores supone un nuevo peldaño en la trayectoria de la firma, propiedad del magnate Elon Musk, que tiene como política reutilizar los cohetes a fin de reducir el costo de los viajes espaciales.
Prueba cero lo precedió
En SpaceX nada es azaroso. En febrero de 2018, se realizó un vuelo de prueba con un Falcon Heavy en el que soltó en el espacio un automóvil descapotable de la marca Tesla con un maniquí vestido con traje espacial, al que llamaron Starman.
En aquel viaje inaugural, no obstante, el propulsor central no logró aterrizar en la plataforma en el Atlántico, llamada “Por supuesto que todavía te amo”, y cayó en el mar a una velocidad de más de 480 kilómetros por hora.
Más de un año después, SpaceX ha lanzado el Falcon Heavy, de 70 metros de altura y diseñado para transportar más de 64 toneladas métricas de carga, con el Arabsat 6A a bordo, un moderno satélite de comunicaciones elaborado por la compañía Lockheed Martin para Arabsat, una organización fundada por la Liga Árabe en 1976 con el fin de proveer servicios de telecomunicaciones a esta región.
El moderno e innovador satélite, de más 5.900 kilos de peso, proveerá servicios de televisión, radio, internet y comunicaciones vía móvil a través de Europa, Medio Oriente y África, según informó la firma de transporte espacial.