El presidente de Guatemala, Jimmy Morales, decretó el estado de sitio en 22 municipios de seis departamentos del país centroamericano, después de la muerte de tres militares en una emboscada del narcotráfico. Una patrulla militar buscaba una aeronave cargada con drogas que cayó a tierra en las inmediaciones de la comunidad Semuy II, El Estor, Izabal, una región con salida al Caribe con una fuerte presencia de grupos de narcotraficantes.
El estado de sitio supone la suspensión de derechos fundamentales como el de acción, locomoción, manifestación, reunión y portación de armas durante 30 días en los departamentos de Izabal, Petén, El Progreso, Zacapa, Alta Verapaz y Baja Verapaz. El mandatario puntualizó que la resolución obedece al asesinato de los tres soldados, hecho que “pone en riesgo la libertad, la justicia, la seguridad, la vida y la paz de las personas”.
Esta medida decretada este miércoles restringe todas las libertades individuales de los habitantes de la zona y permite al mandatario, en su calidad de comandante general del Ejército, asumir todos los poderes. El decreto deberá ser ratificado por el Congreso que ya había recomendado la implementación de la medida por medio de un decreto, según reseña el diario Prensa Libre de Guatemala.
Según Morales todo comenzó cuando el Ejército detectó la entrada a Guatemala de una aeronave no identificada que buscaba una pista clandestina en Izabal, lo que activó un operativo para interceptarla. El avión, por razones no explicadas, no pudo aterrizar e intentó seguir su marcha hacia el departamento de Retalhuleu (Costa sur-occidental), pero se estrelló.
La información del Gobierno señala que una tropa de la marina guatemalteca, compuesta por nueve personas, fue emboscada el martes 3 de septiembre cuando rastreaba un vuelo ilegal, dejando al menos 3 militares muertos, tres heridos, dos desaparecidos y uno ileso.
Un grupo de campesinos, a quienes el presidente Morales señaló de estar vinculados a bandas de narcotraficantes, enfrentaron a los militares, los desarmaron y asesinaron a tres de ellos. Otros dos uniformados están desaparecidos. De acuerdo con el mandatario los asesinos actuaron “en componenda con pseudo defensores de los derechos humanos y pseudo campesinos”.
“Hay una pelea asimétrica entre el Estado y el narcotráfico. También hay poblaciones que ponen a mujeres y niños como barricadas humanas para que las fuerzas de seguridad no puedan llegar hasta las pistas (de aterrizaje) clandestinas”, señaló el Jede de Estado.
“Izabal es una zona fronteriza donde el narcotráfico campa a sus anchas. Es una zona, además, donde tienen mucho auge las industrias extractivas de níquel, con la conflictividad que ello arrastra. En ese contexto, interpreto el estado de sitio como un intento del Estado guatemalteco por tomar el control del lugar, que es una tierra de nadie”, comentó el sociólogo Gustavo Berganza en declaraciones al diario EL PAÍS.
El procurador de los Derechos Humanos en Guatemala, Jordán Rodas, calificó como “muy grave” la muerte violenta de tres soldados ocurrida en El Estor.
“Espero que el estado de sitio no sea un pretexto para abusar del poder. Lamentablemente, el Estado solo tiene presencia en las comunidades rurales con su cara represiva, cuando ha sido incapaz de brindar educación, salud vivienda o nutrición. Espero que el uso de la fuerza por parte del Gobierno no sea desproporcionada y que no se convierta de ahora en adelante, en una práctica cotidiana”, comentó Rodas.
Es la segunda vez que Morales impone esta medida durante su mandato. La anterior ocurrió en 2017 cuando una disputa por límites fronterizos entre los municipios de Ixchiguán y Tajumulco, en el departamento de San Marcos, fronterizo con México, amenazaba con derivar en enfrentamientos violentos.