Después de sufrir un terremoto que hasta ahora dejó más de 1.900 muertos, Haití es protagonista de otro desastre natural. Las fuertes lluvias provocadas por la tormenta tropical Grace están obstaculizando severamente el trabajo de rescate en el país caribeño, donde el pasado sábado un sismo de magnitud 7.2 dejó a unas 30.000 personas sin hogar.
Muchas personas han tenido que decidir si resistir la tormenta bajo lonas endebles o arriesgarse a regresar a los edificios dañados por el temblor.
Los equipos de rescate cavaron entre los escombros el lunes en un intento desesperado por encontrar sobrevivientes antes de que las fuertes lluvias pudieran convertir la tierra en barro empalagoso, lo que dificultaría aún más la localización de los enterrados.
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La mañana de este martes, Grace, que pasó de ser una depresión tropical a una tormenta tropical, estaba al oeste de la ciudad de Les Cayes y avanzaba más hacia el oeste hacia Jamaica, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) de EE.UU.
Un numeroso grupo de haitianos también están durmiendo en las calles por temores a que las réplicas del temblor puedan dañar aún más sus viviendas y hacerlas colapsar.
El temblor ocurrió a las 8:30 a.m. hora local del sábado, tuvo su epicentro a unos 12 kilómetros al noreste de Saint-Louis-du-Sud, en la parte suroeste del país, muy cerca de donde los pronósticos estiman que pasará el centro de Grace.
El temblor derrumbó más de 13.700 viviendas, dañó otras 13.785 y dejó sin conexión telefónica y electricidad a gran parte del sur de Haití.
Esta tragedia llevó inevitablemente a pensar en otro momento similar en la isla caribeña: el 12 de enero de 2010, cuando un terremoto de una magnitud parecida (7,0 en la escala Richter) arrasó con Puerto Principe, la capital del país, y causó la muerte de más de 200.000 personas. Algo que ya había ocurrido en 1887, 1842, 1770 y 1751.